miércoles, 22 de febrero de 2017

Los panaderos amenazan con un 15% de aumento si los obligan a blanquear el personal

LA FEDERACIÓN QUIERE FRENAR LOS CONTROLES LABORALES QUE PLANEA EL RÉGIMEN FASCISTA. EL IMPACTO DE LA HARINA Y EL TRIGO.

El presidente de la Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires, Emilio Majori, hizo algo que en un país con alta inflación como la Argentina puede resultar sumamente peligroso para los sectores más vulnerables.

Es que Majori habló de un tema sensible para los argentinos al advertir que en los próximos días el kilo de pan aumentará un 15% y que se empezará a pagar hasta 50 pesos en los principales centros urbanos del país.

Lo cierto es que tras una recorrida por varias panaderías de diversos barrios de la ciudad de Buenos Aires, el aumento que, según Majori debería comenzar a regir este lunes, aún no se transformó en realidad.

Pero el anuncio logró otro objetivo dado que generó una especie de psicosis en la sociedad que ve con preocupación la posibilidad de que vuelva a aumentar el precio de uno de los principales alimentos de la mesa de los argentinos.

Además, tal como ocurrió en ocasiones anteriores, ante la predicción de lo que pasará, algunos comerciantes estaban esperando para remarcar algún punto más y sacar mayor rédito a la distorsión de precios presente en la economía local.

En este contexto, de las 10 panaderías consultadas en los barrios de Flores, Palermo, Caballito, Mataderos, Recoleta, Belgrano, La Boca, Villa Urquiza, Retiro y microcentro, el kilo de pan cuesta entre 30 y 45 pesos.

De hecho, el denominador común es que en los últimos tres meses los panaderos porteños aseguran que no han registrado aumentos y que en esta oportunidad no hay razones que justifiquen un nuevo incremento en el precio del pan.

Pero, entonces, ¿qué intereses hay detrás de la advertencia que hizo la Federación Panaderil sobre un aumento? Al parecer, se trató de una estrategia para frenar una serie de medidas oficiales para el sector. Es que, en una reunión realizada días atrás, funcionarios del Ministerio de Trabajo le advirtieron a Majori que empezarán próximamente a profundizar los controles registrales entre los trabajadores de las panaderías.

Los panaderos, preocupados, siguieron el ABC del manual de presión política. "Si aumentan los controles, entonces, el pan deberá subir de precio", señalaron en el encuentro ante datos que muestran un alto nivel de empleo en negro. 

Por tal motivo, Majori salió a pegar donde más le duele a cualquier gobierno adelantando que el precio del pan aumentará adjudicándole la suba al incremento del gas y de los impuestos en general.

En tanto, el presidente de la Federación Panaderil también aprovechó para meter en la agenda a las panaderías clandestinas. "Hay comerciantes que hacen pan en un galpón con la persiana baja, sin empleados y sin pagar impuestos", se quejó.

Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), señaló que "el precio de la harina se mantiene estable con oscilaciones pequeñas propias del valor internacional del trigo".

Cifarelli contó que actualmente la bolsa de 50 kilos de harina se vende en el mercado local a un valor de entre 270 y 320 pesos. "Esto da un precio de 6 pesos por kilo; muy poco en relación a otros productos", afirmó.

"Los panaderos son los que fijan los precios del pan y personalmente no creo que aumente porque la gente no lo convalidará", indicó el titular de FAIM y agregó que "la harina no tiene nada que ver porque desde hace 8 meses que no aumenta".

Además, a diferencia de lo que ocurrió durante los últimos años cuando escaseaba el trigo y hasta se llegó a importar de Uruguay, las estimaciones oficiales para la cosecha 2016/17 hablan de 15,7 millones de toneladas. Se trata, en rigor, de una cifra 38,9% superior a la registrada en la campaña anterior y representa más del doble de lo que se necesita para abastecer el mercado interno de harina.

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