EN EL RÉGIMEN MACRIFASCISTA QUEDARON EN SHOCK POR EL ACUERDO QUE UNIÓ A TODA LA OPOSICIÓN PARA FIRMAR UN DICTAMEN COMÚN PARA SUBIR EL MÍNIMO NO IMPONIBLE DEL IMPUESTO A LAS GANANCIAS. MACRI MANDÓ A FRIGERIO A CHINA EN MEDIO DE LA NEGOCIACIÓN CON GOBERNADORES.
El acuerdo opositor comenzó a gestarse en una reunión realizada ayer por la mañana en el despacho del diputado Oscar Romero, entre el Frente Rejuntador, el Frente para la Victoria y el Bloque Justicialista.
Pero para sorpresa del régimen, luego se sumaron los socialistas, el GEN de Margarita Stolbizer, más el Movimiento Evita y los peronistas que responden a los gobernadores Mario Das asco Neves y Carlos Verna. El oficialiasmo había promocionado en algunos diarios durante el fin de semana que estos gobernadores iban a acompañar el proyecto de la alianza de derecha Cambiemos.
En alarma total, el macrifascismo apostaba anoche a lograr que gobernadores como Juan Schiaretti, Miguel Lifschitz y Gustavo Bordet, levanten sus diputados y así, en una pelea que se hizo muy cuesta arriba, lograr que la oposición no llegue a los 129 votos.
La falta de reflejos del régimen quedó plasmada en una movida de dudoso expertise político: en medio de las negociaciones con los gobernadores, Macri mandó a Rogelio Frigerio, su ministro más político y encargado de hablar con los gobernadores, a buscar inversiones a China. “El viaje estaba pautado desde hace cuatro meses y Rogelio está online”, explicaron cerca de Macri.
Mientras el pesimismo y la perplejidad monopolizaba los mensajes en los grupos de Whatsapp integrados por funcionarios, en la Rosada intentaban anoche buscar un culpable, que no sea el propio Macri.
En ese contexto las flechas volvieron a apuntar a Emilio Monzó, titular de la Cámara de Diputados que viene intercambiando dardos con la cúpula del régimen, incluso hasta con el propio ex hijastro de Flavia Palmiero.
La desconfianza con Monzó es tal, que en la Rosada lo acusan de "no avisar” de manera deliberada de que se venía un acuerdo opositor de tal magnitud, que juntó a figuras tan disímiles como la de Axel Kicillof y Margarita Stolbizer.
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