CON OBAMA DE VISITA EN EL PAÍS, SE HABLA DEL INTERÉS NORTEAMERICANO EN EL DESARROLLO NUCLEAR ARGENTINO.
Mugrizio Macri puso bajo la lupa el acuerdo entre Argentina y China al que llegó el gobierno de Cristina Kirchner para la construcción de la cuarta central nuclear, Atucha III, que quedó así en stand by al menos hasta el año que viene.
La definición del régimen fascista, expuesta por el subsecretario de Energía Atómica, Julián Gadano, coincide con una inclinación amistosa hacia Estados Unidos que empieza a ensayar la gestión PRO. Los americanos son rivales de China en materia de energía nuclear. Los asiáticos buscan hacer pie en el continente y por eso quieren bajar al país también en el área de represas hidroeléctricas, otro proyecto que el Presidente amagó detener.
Mientras fuentes del sector energético especulan sobre el lobby americano en el desarrollo nuclear argentino, el régimen macrifascista derriba a un buque chino en las aguas costeras de Chubut. No son hechos aislados y en las relaciones diplomáticas no pasan desapercibidos. Beijing le expresó a Susana Malcorra "gran preocupación" por el episodio y le exigió que tome medidas para prevenir nuevos incidentes.
Hay más piezas que se acomodan solas en el rompecabezas. Barack Obama no viene de vacaciones a la Argentina. Volará justamente a Río Negro para conocer la planta del Invap, empresa de tecnología aplicada centrada fundamentalmente en las áreas nuclear, espacial y de defensa.
Argentina tiene tres centrales en funcionamiento, Atucha I, la central de Embalse, Atucha II y la cuarta que viene en camino, a construirse en el complejo nuclear de Lima, de Zárate.
Una comparación para tomar dimensiones del caso: Estados Unidos es potencia mundial con 104 centrales; China tiene 26 centrales funcionando; mientras Francia sorprende con su chico territorio y población con relación a las 58 centrales que tiene.
“La llegada de los chinos le está generando urticarias al capitalismo amigo del Presidente”, declaró una fuente del sector, que conoce el paño desde la primera construcción de Atucha. “Están con los pelos erizados, pero sería una tontería decirle no a los chinos”, agregó.
“Ellos por sí mismos no van a querer huir, porque saben además que se van a encontrar con una capacidad técnica formidable. Pero sí habrá apretones, de parte de ellos, y lobby de empresas americanas”, continuó el experto en energía nuclear.
Por lo pronto, Gadano anunció que el régimen no avanzará en la obra de Atucha III y se defendió de los futuros despidos en las centrales de Zárate. En el medio está la empresa Nucleoeléctrica S. A, que opera sobre las centrales y esta semana cambió a sus autoridades.
En rigor, el acuerdo con China está verde y se trata en principio de un entendimiento marco. Faltan detalles de costos, inversión, tasas, bancos, qué tipo de tecnología se utilizaría, si será de uno o dos módulos, y cuáles son las condiciones chinas para financiar el proyecto.
“Hay una oferta china, con un financiamiento conveniente. Es posible siempre y cuando sea de uranio natural y agua pesada”, explicó Agustín Arbor González, titular de la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear.
“Esto es beneficioso porque absorbe a una planta productora de agua pesada, en Neuquén, y también tenés asegurada la participación de industriales argentinos nucleados en Adimra, que aportarían componentes de industria nacional”, añadió.
Sin embargo, el titular del gremio de trabajadores nucleares advirtió que “los chinos estarían condicionando la inversión de esta cuarta central a la construcción de una quinta central, esta sí con tecnología puramente china de uranio enriquecido”.
La cuarta central, Atucha III, en cambio, está prevista para cubrir 750 megawats y con tecnología candu, que es canadiense pero se fabrica en Argentina y es la que se usa en la central de Embalse. Esta fue una de las condiciones puestas por Julio de Vido en el acuerdo al que llegó el gobierno kirchnerista.
Sin embargo, ahora Macri, escéptico, pidió rever el proyecto y cerró toda posibilidad de avanzar este año. Es más, Gadano detalló que está el decreto de expropiación del terreno donde se construiría la central, pero aún no fue comprado ni está la plata para hacerlo. La empresa Nucleoeléctrica ni siquiera tiene solicitada la licencia de construcción.
Mientras tanto, sobrevuela también incertidumbre sobre cuál será el destino de Atucha I, que está llegando a su fin de vida útil, según explicaron fuentes del sector. Juan José Aranguren estudia si le va a mantener o la van a desmantelar, para funciones de investigación.
Cabe recordar que Estados Unidos ya había presionado a la Argentina en la era menemista para dar de baja el sistema balístico denominado Cóndor. La desactivación de este proyecto, de hecho, fue uno de los gestos que terminaron por consolidar la relación del ex presidente con el país del norte, en marco de las relaciones carnales.
Otro dato relevante fue el revuelo que causó el año pasado cuando se conoció la colaboración argentina en el desarrollo del plan nuclear iraní.
Conflicto sindical en Zárate
El freno del proyecto de Atucha III provocará a fines de marzo la rescisión de por lo menos 600 contratos de trabajadores de la central, confirmaron fuentes del Ministerio de Energía. Pero serían en total cerca de 2 mil quinientos despidos, entre operarios que trabajan también en obras conveniadas con el municipio de Zárate.
Por eso, desde la municipalidad que conduce Osvaldo Cáffaro se pusieron en contacto con Provincia con un plan para mitigar el conflicto. Es que Cáffaro, cercano a De Vido, sabía de antemano del freno de la construcción de Atucha III, y entabló un “plan de responsabilidad social” junto a Nucleoeléctrica para ocupar a la mano de obra que quedara ociosa.
La idea del municipio es continuar con ese plan, que incluye la continuidad de cerca de 12 obras, pluviales, de pavimentación y cloacas. El municipio propuso hacerse cargo de la compra de materiales, siempre y cuando el Gobierno le aporte a Nucleoeléctrica la posibilidad de mantener esos puestos de trabajo, que se negocian también con la UOCRA y la Unión de Empleados de la Construcción (UECARA).
Desde el Ministerio que conduce Aranguren aclararon que no se trata de empleados de la empresa estatal, si no de contratistas de la misma. De todas formas, expresaron que la negociación con el municipio está abierta y que la semana que viene habrá novedades.
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