lunes, 16 de septiembre de 2013

La clase media paso de ser un tercio a casi la mitad en 10 años

La clase media argentina creció en los últimos diez años, tras el quiebre de 2001 que expulsó a cientos de miles de ciudadanos al desempleo, la pobreza y la marginalidad.
 
En los últimos diez años, y por obra de las políticas de redistribución del ingreso, este segmento de la población que caracterizó a la Argentina durante décadas, y que representaba una "rareza" en términos regionales, recuperó la fuerza que supo tener en los '60 y '70.
 
De acuerdo a un análisis de la consultora especializada en consumo "W", en base a los datos de la Asociación Argentina de Marketing (AAM) y de la Sociedad Argentina de Investigadores de Marketing y Opinión (SAIMO), el 46 por ciento de los hogares argentinos es de clase media, cuando en 2004 sumaba el 39 por ciento.
 
"El dato más positivo es el crecimiento de la clase media, que en 2004 abarcaba a 39 por ciento de los hogares y hoy llega casi a la mitad de la sociedad, gracias al ascenso social de muchas familias que habían quedado en la clase baja", dijo Guillermo Oliveto, titular de la consultora "W".
 
Ya a fines del año pasado, un informe del Banco Mundial destacó el crecimiento que registró la clase media en Argentina a partir de la instrumentación de políticas de desarrollo económico y de la ampliación de oportunidades para sectores más vulnerables.
 
El trabajo sostuvo que en Argentina el número de habitantes comprendidos dentro de la clase media había aumentado entre 2003 y 2009, de 9,3 millones a 18,6 millones.
 
De esta forma, Argentina lideró el porcentaje de crecimiento de la clase media en toda la región durante la última década, con 25 por ciento, seguido por Brasil con una mejora de 22 por ciento y Uruguay con un avance de 20 por ciento.
 
Télam publicó la semana pasada un relevamiento propio que dio cuenta de que el poder adquisitivo del salario mínimo y de la jubilación mínima se triplicó en los últimos diez años, período en el que se rearmó el Consejo del Salario y se establecieron dos ajustes jubilatorios al año.
 
En 2003, cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia de la Nación, el salario mínimo se encontraba en 200 pesos, y a las pocas semanas pasó a 250. Del mismo modo, la jubilación mínima que estaba en 150 pesos, aumentó a 220.
 
Entre 2003 y 2013, en términos absolutos, el salario mínimo trepó 16 veces, de 200 a 3.300 pesos; y la jubilación mínima se multiplicó por 11; de 150 a 2.477.
 
Pero en capacidad adquisitiva, ambos haberes triplicaron su poder de compra en un importante número de productos y servicios.
 
Así, si en 2003 un asalariado necesitaba de un ingreso mínimo y medio para alquilar un departamento de dos ambientes en Boedo o Flores; en la actualidad, ese gasto es tres cuartos de su sueldo.
 
Y si un jubilado requería más de un haber y medio para afrontar ese mismo alquiler, ahora le alcanza con menos de la mínima.
 
En 2003, con un salario mínimo se podían comprar 131,5 litros de nafta súper; un pasaje en avión Buenos Aires-Córdoba; o cinco pasajes en micro a Mar del Plata. Hoy, alcanza para 412,5 litros de súper; 3 viajes en avión a la provincia mediterránea o 26 pasajes a La Feliz.
 
Para los jubilados, que con la mínima hace diez años pagaban 116 litros de combustible; un vuelo a Córdoba o 4 en micro a Mardel; ahora pueden adquirir el equivalente a 310 litros de nafta; hacer 2 viajes y medio a Córdoba o 20 a la ciudad balnearia bonaerense.
 
En el caso del transporte, un sueldo mínimo alcanzaba en 2003 para 294 boletos de colectivo; 357 de subte; 500 de tren o 43 viajes en taxi desde Casa Rosada hasta Primera Junta.
 
Actualmente son 2.200 los viajes en colectivo; 1.320 en subte; 3.300 en tren; o 69 en taxi, desde el microcentro hasta Caballito.
 
Más allá de los beneficios que tiene el sector pasivo en lo que respecta a pasajes de trenes, si el cálculo se realiza de manera lineal podían adquirir 440 pasajes en 2003, mientras que en la actualidad cobran una cifra equivalente a 3.538 boletos.
 
También multiplicaron el uso de su mínimo al viajar en 2003 259 veces en colectivo; 440 en tren o 38 en taxi; en tanto que ahora cobran el equivalente a 2.251 pasajes mínimos de colectivo; 3.538 en ferrocarril; o 52 viajes en taxi, entre otras cuestiones.

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