Mario Juliano, presidente de la Asociación Pensamiento Penal y Juez de Necochea, contó las claves para comprender el funcionamiento del juicio por jurados.
Dr. Mario Juliano, Presidente de la Asociación Pensamiento Penal y Juez de Necochea
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La norma aprobada dispone que los jurados estarán integrados por doce ciudadanos y seis suplentes, quienes serán seleccionados por sorteo sobre el padrón electoral; participar del mismo será obligatorio por tratarse de una "carga cívica" y los civiles recibirán una remuneración.
El cuerpo será presidido por un juez, quien suministrará las instrucciones para que deliberen, y luego los integrantes deberán reflexionar en sesión secreta por un plazo máximo de dos días, prorrogables por igual período, para determinar la culpabilidad o inocencia del acusado.
En caso de no existir acuerdo entre los integrantes del jurado la votación se repetirá en tres oportunidades y de seguir así se planteará la no culpabilidad o se declarará estancado el debate, para lo cual hará falta conformar un nuevo tribunal.
Los opositores a esta modalidad centran sus críticas sobre tres fundamentos principales: 1) cuestiones de índole económica, 2) falta de educación y 3) medios de comunicación que contribuyen al prejuzgamiento de los hechos.
Con respecto al primer punto sobre que “el juicio por jurados es muy caro”, se sostiene que al jurado hay que tenerlo aislado ya que es una de las condiciones para que no reciba presiones ni comentarios del afuera. Si el juicio dura varios días hay que tenerlos encerrados en un hotel y eso cuesta un gasto fenomenal.
El Dr. Mario Juliano, Presidente de la Asociación Pensamiento Penal y Juez de Necochea asegura que este razonamiento es: “Falso de toda falsedad. No es verdad que los jurados, necesariamente, deban permanecer aislados en el curso de un juicio, visión que responde a una imagen estereotipada de este sistema de juzgamiento, o a un exceso en el consumo de series televisivas de mala calidad”.
“La regla general es la del no aislamiento, y que solo de modo excepcional, ante fundadas razones o temores valederos, se lo puede disponer. El aislamiento del jurado es una medida totalmente excepcional”, afirma el juez Juliano.
Con respecto a la falta de formación el pensamiento general se supone que hay que seleccionar jurados que no tengan prejuicios con lo que van a juzgar. O que por cuestiones educativas poca gente entienda el principio de inocencia, que para el derecho es fundamental.
Juliano rebate esta idea: “Lo más grave es la apelación a la falta de educación de la ciudadanía para desempeñarse como jurados, argumento que usualmente se emplea para justificar el voto calificado. Sin dejar de señalar que el nivel educativo de la población argentina es uno de los más altos de la región, esa descalificación puede ser considerada una discriminación”.
“Para desempeñarse como jurado no es preciso contar con ningún nivel particular de educación, ni en la Argentina ni en ninguna parte del mundo, ya que no se requiere a los ciudadanos que razonen como abogados, sino que lo hagan desde la perspectiva de la ciudadanía”, agrega Juliano.
En cuanto a los que sostienen que es casi imposible conseguir jurados que no hayan escuchado nunca una noticia sobre el hecho. Y que por lo tanto av a ser muy difícil escuchar jurados no contaminados, porque estamos impregnados de lo que se dice en los medios de comunicación el juez de Necochea reflexiona sobre “lo curioso que resulta reclamar para los ciudadanos aquello que no pide para los jueces profesionales”.
“¿Cuál es la razón para pedir ciudadanos no contaminados, que nunca hayan escuchado una noticia sobre el hecho, y que no se haga lo propio con los togados?”, se preguntó el juez y agregó: "considero que el error es partir de una premisa equivocada, que el juzgador debe ser una suerte de eunuco intelectual, aislado de la realidad, que no lea diarios, que no mire televisión ni escuche radio, que no converse con los vecinos, ni se relacione con los demás. En suma, una especie de idiota, abstraído del mundo”.
“Es imposible, e indeseable, que los jueces, o los jurados, respondan al modelo del ermitaño. No existe individuo sobre la tierra que no tenga prejuicios producto de su formación, de las influencias culturales, de la realidad en la que se inserta”, señaló.
En resumidas cuentas: “El ciudadano decide sobre los hechos, no sobre tecnicismos”, afirmó el el Dr. Mario Juliano.
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