El método de alfabetización cubano "Yo, sí puedo", que enseñó a leer y escribir a 24.000 personas en Argentina y a más de 6 millones en el mundo, se puso en marcha en San Luis, a partir de una iniciativa del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (Renatea).
Rodrigo Martínez, el pedagogo cubano a cargo de la coordinación del programa, explicó a Télam que en San Luis la iniciativa se inició "con dos grupos en la capital y dos en Villa Mercedes con ocho facilitadores con el objetivo de alcanzar la estadística de analfabetismo cero” en siete semanas.
El programa, presente en 30 países, le permitió a gobiernos como los de Haití, Venezuela, Bolivia y Nicaragua alcanzar la estadística de “analfabetismo cero”, convocando a personas mayores de 15 años, sin límite de edad, en forma gratuita, que no hayan asistido a ningún proceso alfabetizador, señaló.
"Es un programa basado el amor, aquí la única paga que existe es el reconocimiento eterno de los que aprenden y pueden salir de ese lugar oscuro donde estaban", sostuvo el pedagogo.
Martínez explicó que los “participantes” se capacitan en grupos de no más de 10, donde “sólo hace falta un lugar, que puede ser una casa en el barrio, un televisor y un voluntario”.
El programa se puso en marcha por iniciativa del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (Renatea), un ente autárquico en jurisdicción del Ministerio de Trabajo, creado por el Nuevo Régimen de Trabajo Agrario (Ley 26.727).
El plan consta de 65 lecciones y permite enseñar a leer y escribir en un período de entre siete semanas a tres meses, con el empleo de medios audiovisuales y la ayuda de un asistente, que actúa como enlace entre el profesor y los estudiantes.
Para que el método sea exitoso, es fundamental identificar las necesidades y la idiosincrasia de los alumnos y también los niveles de conocimiento que tengan.
Las dificultades de la grafía se resuelven y consolidan utilizando un sistema lúdico, como si fuera un juego que desarrolla una escritura y una lectura inteligente, aún a nivel elemental, construyendo frases que tengan sentido lógico.
El programa, que hizo pie en Argentina en 53 municipios de la mano de la fundación “Un Mundo Mejor es Posible”, se inició en julio de 2003, con experiencias piloto en Neuquén y Jujuy.
El método, que recibió el premio alfabetización 2006 Rey Sejong de la Unesco, se concibió en la revolución cubana, con un carácter internacionalista, especialmente, latinoamericanista, y está preparado para ser adaptado a diferentes realidades sociales y lenguas.
Según datos de la Unesco, en el planeta hay alrededor de 796 millones de adultos analfabetos. De ese segmento las dos terceras partes son mujeres.
El programa existe también en sistema Braille, para sordos y personas con problemas intelectuales leves y "se busca el desarrollo de la persona y transmitirles el sentimiento de que alguien se preocupó por enseñarles”, afirmó Martínez.
En Venezuela, donde hubo voluntad política y financiera y una participación activa e ilusionada de los beneficiados, se logró alfabetizar a un millón de personas en cinco meses y 27 días en las 34 lenguas y etnias que existen en el país, señaló.
Con ello se declaró a Venezuela territorio libre de analfabetismo e incentivó a la continuación de los estudios a todos los que lo desearan.
El método se utiliza en África y en Nueva Zelanda, y en la ciudad de Sevilla como primera experiencia del programa en Europa, donde se estima la existencia de al menos 35.000 analfabetos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario