Alude un error en la aplicación de la paritaria de 2012. Los profesionales denuncian la ilegalidad de la medida, invocando la intangibilidad del salario contemplada en la Constitución. Preparan una marcha blanca y una interpelación a Graciela Reybaud. La subejecución en salud es superior al 60 por ciento mientras que en publicidad casi duplican lo aprobado por la legislatura.
Mugrizio Macri y su ministra de Salud, Graciela Reybaud
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Alrededor de 15 mil profesionales de la salud de los hospitales porteños percibieron en sus recibos del último mes desde 850 a 2 mil pesos menos que el mes pasado sin previo aviso.
Curiosamente, pero no casualmente, sus recibos de sueldo fueron modificados agrupando varios ítems en uno donde se esfumaron por arte de magia cifras que, en promedio, representan un 20% de sus ingresos.
En contraposición, hace dos semanas, la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), difundió un informe del primer trimestre del corriente año en el que, sobre la base de datos oficiales, señalan que en las partidas presupuestarias de 2013 se verifica un incremento de un 74,6% en "los salarios de la planta de gabinete de los funcionarios y las autoridades superiores" del GCBA. Datos oficiales del presupuesto muestran que, mientras el presupuesto destinado a salarios del GCBA se incrementó de un año a otro un 33%, en el caso de el sector salud lo hizo en apenas un 11 por ciento.
Pocos días después de efectuados los descuentos, la secretaría de Recursos Humanos del Ministerio de Modernización emitió una cédula explicando que la poda surgía de un "error técnico" en la aplicación del acuerdo salarial del año 2012 y que, por lo tanto, además de la adecuación deberían descontar en forma retroactiva haberes percibidos (supuestamente en forma errónea) durante nueve meses.
La medida, entonces, se mantendría hasta febrero de 2014 licuando, en los hechos, el acuerdo de aumento paritario recientemente firmado para el ejercicio 2013.
El lunes pasado, representantes gremiales de los profesionales de un gran número de los 33 hospitales porteños realizaron una conferencia de prensa en la que denunciaron la situación y convocaron a otras organizaciones de profesionales de la salud a ponerle fecha a una "marcha blanca" a la Jefatura de gobierno y un paro del sector. Además, con la presencia de legisladores de la oposición porteña se pronunciaron en reclamo a una interpelación pública a la ministra de Salud, Graciela Reybaud, para dar las explicaciones del caso y, además, para exigir una modificación del rumbo general del gobierno porteño en lo que hace a su política sanitaria.
Cuando la prensa trató de obtener la palabra de la ministra, pero sus voceros adelantaron que "no haría declaraciones" y explicaron que "la medida fue resuelta por el Ministerio de Modernización". Funcionarios de esa cartera que solicitaron resguardar su identidad señalaron que "el descuento se orgina en un error del año pasado" aunque, reconocieron, "se identificó, ejecutó y comunicó tardíamente. Tendría que haberse abierto una acción administrativa. Ha sido un proceso demasiado largo, si hubiera un error debe ser corregido automáticamente". Sin embargo, sostuvieron que "el descuento de junio es sólo una primera cuota y se va a cobrar todo el retroactivo. Oficialmente, la parte gremial también se ha silenciado. Hay una omisión muy seria de ambas partes. Reconozco el principio general de que el salario es intangible, pero si hubo un error se podría discutir sobre la base de establecer claramente cuál fue".
Por su parte, los reclamos esbozados por médicos, bioquímicos y psicólogos excede largamente el diferendo salarial que interpretaron como "una señal más del desprecio del gobierno porteño a la salud pública".
En la conferencia de prensa pusieron de relieve la situación de abandono del sistema de salud que existe expresada en la situación edilicia de los hospitales y, principalmente, en la falta de personal de enfermería y la reducción drástica de suplencias en las guardias (muchas de las cuales, en rigor, cumplen tareas efectivas). De fondo, claro, se encuentra el presupuesto porteño para salud que desde 2005 a esta parte redujo su participación sobre el total desde un 23,4% hasta un 20,4% para este año.
Las proporcionalidades, en general, se han mantenido con excepción de este ítem que resignó tres puntos; del ítem "servicios sociales", que perdió cinco puntos, y educación, que retrocedió 2,3 puntos. En contrapartida, avanzaron 3,5 puntos los "servicios de seguridad" (que representaban sólo un 1,4% del total y escalaron a un 4,9 por ciento) y la administración gubernamental 2,7 puntos.
Pero, además, a diferencia de otros ítems presupuestarios, en salud existe un grave problema de subejecución, que en la mayoría de los últimos años no llega siquiera al 40 por ciento. Los fondos son reorientados por el Ejecutivo a otros sectores. Si bien la información no está disponible, es posible que sirvan a financiar ítems como publicidad que, en seis años, se incrementó un 170% en el sancionado y que, además, se benefició con sobrejecuciones de hasta un 188%, como ocurriera en 2011, último año electoral.
Edgardo Form, legislador de Nuevo Encuentro de la Ciudad, señaló que "la política apunta a hacer desaparecer hospitales en favor del negocio inmobiliario, como en el Borda, el Muñiz o el Hospital Rivadavia, que está siendo dejado sin personal y se han abandonado las obras. Casualmente, está ubicado en Recoleta. En el Gutiérrez, el director presentó un amparo por la falta de maquinaria y personal. Denunció que hay 16 médicos menos de los indispensables".
La política de vaciamiento de la salud pública apuntala, indudablemente, la atención privada. Form señaló que "el mismo Macri lo expuso con claridad cuando el Congreso Nacional aprobó la Ley de Fertilización Asistida y señaló que en la Ciudad no había plata para eso. El criterio es claro, el que tiene plata tiene acceso a la salud. Los pobres no tienen derecho a tener hijos. Es ideológico".
Por su parte, Osvaldo Saleh, dirigente del Frente de Recuperación Gremial del Hospital Álvarez, y oposición de la Asociación de Médicos Municipales, coincidió en que "la estrategia consiste en debilitar la salud pública para que tanto médicos como pacientes se vayan a la salud privada. Los que pueden, claro. En mi hospital hubo un incendio en 2011 y todavía hoy tenemos que atender la gente en los pasillos. Vi a un paciente hacerse un yeso en un baño y a una chica rogándole a un cirujano que la atendiera recostada en el piso porque no había camas, es trágico, dan ganas de llorar. Pero vamos a un paro de bioquímicos el 18 y luego un paro general hacia fin de mes".
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