El presidente venezolano criticó muy fuerte el encuentro entre Juan Manuel Santos y Henrique Capriles. El bolivariano dijo que hay una campaña de acción psicológica para "dividir y dañar moralmente a los líderes revolucionarios". Habló en un acto donde se mostró junto con el titular de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
El presidente venezolano Nicolás Maduro denunció que se puso en marcha una campaña de acción psicológica dirigida desde Colombia y orientada a dividir y "dañar moralmente a los líderes revolucionarios", entre ellos a Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional.
En un acto con efectivos militares, y sin citar a nadie en particular, Maduro dijo que los planes de desestabilización y descrédito internacional de la Revolución Bolivariana son planificados y dirigidos "por expertos en guerra sucia".
El miércoles, el gobierno había señalado que el gesto del presidente colombiano Juan Manuel Santos de recibir al líder opositor Henrique Capriles "provocará un descarrilamiento de las buenas relaciones bilaterales".
Esa campaña sucia busca, entre otras cosas, la "destrucción moral de hombres como Diosdado Cabello y de otros integrantes del alto mando de la revolución", denunció el presidente. Cabello fue señalado por la oposición como líder de una trama de corrupción, cuando el 20 de mayo divulgó una supuesta conversación telefónica entre el comentarista televisivo Mario Silva y un llamado "jefe de la inteligencia cubana", al que identificaron como Aramis Palacio. Cabello había sido el primero en reaccionar al conocerse que Santos había recibido a Capriles, un gesto que el dirigente bolivariano calificó como "una agresión a Venezuela" y una "bomba contra las buenas relaciones entre los dos países".
"Alerta compañeros de las fuerzas armadas ante la campaña de chismes (...), es tiempo de estar sólidamente unidos", expresó Maduro. El presidente incluyó entre los conspiradores a "la oligarquía que se arrodilla y va a ofrecerse al mundo para entregarse a los peores intereses". Maduro denunció la campaña psicológica después de que el canciller Elías Jaua afirmara que "los más altos poderes del Estado colombiano" estarían involucrados en una "conspiración abierta contra la paz en Venezuela". El jueves por la noche, el canciller insistió, y dijo que la entrevista de Bogotá confirmó la existencia de esa conspiración.
Caracas llamó en consulta al embajador Roy Chaderton, su delegado en las negociaciones de paz que se desarrollan en Cuba entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), "para hacer una evaluación completa" de la participación venezolana en el proceso. Venezuela, junto con Chile, oficia como "acompañante" del diálogo de paz, en tanto que Cuba y Noruega son naciones "garantes". Jaua aclaró anoche que la convocatoria hecha a Chaderton no significa que se haya tomado una medida al respecto, y reiteró que se trata de "evaluar la posibilidad cierta" de que Venezuela pueda seguir siendo parte del proceso de paz.
Capriles, el candidato de la oposición derrotado en las elecciones presidenciales de abril pasado, sigue sin reconocer el triunfo de Maduro y en Bogotá pidió a una veintena de colombianos que "no se dejen chantajear" por la versión del gobierno, en el sentido de que su encuentro con Santos forma parte de una conspiración. Hasta anoche, el gobierno de Colombia no había dicho de qué hablaron Santos y Capriles.
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