El ex ministro de Economía se perfila como candidato en la Capital Federal. El diputado Francisco de Narváez no abandona el plan de sumar a Scioli. Massa mantiene el hermetismo. El alcalde no logra hacer pie en la provincia.
Roberto Lavagna ahora sueña con formar parte de una alianza electoral que frene al Frente para la Victoria y coseche los votos suficientes para que las presidenciales de 2015 desemboquen en la declinación final del kirchnerismo.
Para sus cálculos íntimos, esa fuerza opositora debería contar con el gobernador bonaerense Daniel Scioli; su colega cordobés José Manuel de la Chota; el empresario Francisco De Narcováez; el intendente de Tigre, Sergio Massa; el procesado jefe de gobierno porteño, Mugrizio Macri; y algunas figuras del radicalismo.
Restan 19 días para definir los candidatos que pelearán en las próximas elecciones legislativas de octubre, pero queda muy poco en pie de aquel mosaico que supo imaginar la oposición para dar batalla en la Capital y en la provincia de Buenos Aires: dos de los cinco distritos que pejotistas, macristas, lavagnistas, denarvaístas y delasotistas alguna vez creyeron que podían conquistar bajo una misma bandera.
El primer intento para llevar esa ilusión a la realidad ocurrió el 1 de mayo, en Córdoba, cuando Lavagna se fotografió con casi todas las partes de esa mesa imaginaria. En la postal estuvieron casi todos, salvo Macri y Massa. Con De la Chota como anfitrión, el economista sonrió flanqueado por el camionero Hugo Moyano, el sindicalista rural Gerónimo "Momo" Venegas y el empresario De Narcováez.
En esa troika, la presencia del Colorado computó doble porque, según confiesan sus propios aliados, ya no negocia el armado de listas en soledad, sino también con el aval del "motonauta gobernador", que envía al barrio porteño de Las Cañitas a todas las figuras opositoras que peregrinan por La Plata para reclamarle una urgente ruptura con el gobierno nacional. Ante las súplicas y las ofertas para dar el portazo final, el mandatario bonaerense jura en público su fidelidad al kirchnerismo pero, en privado, aprovecha la colectora que le tendió su amigo De Narcováez para capitalizar ese inconfesable caudal opositor.
Han pasado poco más de 30 días desde que esa foto buscó conmover el tablero electoral y algunos acuerdos se empiezan a formalizar dentro del peronismo opositor, mientras otros, fuera de esa frontera, comienzan a hacerse trizas. Por ahora, la coincidencia más fuerte es el pacto que selló el moyanismo con De Narcováez. Luego de oficializar el Partido de la Cultura la Educación y el Trabajo (CET), el líder camionero dice que está listo para armar las alianzas e integrar el frente con el narcolombiano.
En esa arquitectura, el candidato que más suena es el canillita Omar Plaini, que integraría la lista de diputados nacionales del "narcolorado" en tierra bonaerense. El todavía diputado por el Frente para la Victoria tiene mandato hasta diciembre, pero si tiene éxito en octubre cambiará de caballo antes de fin de año y luego integrará las filas opositoras dentro del Congreso Nacional. El abanico de postulaciones inesperadas también incluye a Gerónimo "Momo" Venegas. El representante de los peones rurales, alineado con los sectores más conservadores del peronismo, ya oficializó su deseo de postularse bajo el signo del partido Fe, la fuerza propia que diseñó para no quedar afuera del armado opositor y también para jugar en la Ciudad, con Lavagna en primer lugar. Su decisión perturbó la estrategia de De Narcováez, que no oculta su preocupación de perder parte de su electorado en manos cegetistas.
El obstáculo resulta pequeño al lado de las especulaciones que rodean a Massa. El intendente de Tigre extiende hasta el último minuto la definición sobre su posible postulación para octubre, pero ya tiene el ofrecimiento de Unión Popular, el añejo partido que alguna vez acompañó a Juan Domingo Perón y que en 2011 llevó a Duhalde como candidato presidencial, junto al ex gobernador de Chubut Mario Das asco Neves. Tras los pésimos resultados obtenidos, Duhalde renunció a la fuerza que tiene registro electoral desde 1946 y que en 1985 fue la principal marca del Frente Renovador que fundó Antonio Cafiero.
En ese elenco, De Narcováez también sueña con tenerlo al frente de su lista. "Si Sergio aparece 25 minutos antes y quiere encabezar, encabeza. Incluso, los militantes de Facundo Moyano bregan dentro del armado de su padre para que se acerque", dicen cerca de Massa, con la seguridad de que el ex hincha de Chacarita, y actual abanderado del Club Tigre tomará las determinaciones finales esta semana que está por comenzar.
Según los sondeos de una encuestadora privada que provee al arco opositor, Massa tiene un 61% de imagen positiva y un 22% de negativa, dos cifras sensiblemente mejores que el 58 y 37% que registra Scioli en ambas bandas, o el 44 y 42% que exhibe De Narcováez. Dentro de ese pelotón de figuras opositoras, De la Sota acarrea en la provincia de Buenos Aires una imagen positiva del 41% y una negativa del 29%, dos porcentajes que forzaron el acercamiento de Moyano, con un 62% de negativa sobre sus espaldas y sólo un 25% de positiva.
En ese muestreo bonaerense, Macri registra un 47% de positiva, y el mismo número de negativa. Los sondeos no lo dejan mal parado ante la danza que protagonizan sus demás contendientes opositores, pero la ausencia de un candidato propio terminaron de licuar su capacidad de tracción en la provincia.
El portazo de Gabriela Michetti para encabezar la lista bonaerense de diputados nacionales por el PRO no sólo hirió de muerte los planes macristas para cruzar la General Paz. También dañó el caudal electoral porteño que supo acumular la ex compañera de fórmula de Macri en 2007. Michetti, de un modo u otro, será la primera candidata a senadora nacional por la Capital del PRO, pero su intención de voto está por debajo de los 30 puntos y bastante lejos de los 37 que suma Lavagna dentro del territorio que gobierna el macrismo hace seis años. Por ahora, la negociación que amasa el PRO desde el año pasado para sumar al economista y ponerlo junto a Michetti en las listas de Capital no sale de los intentos.
Durante la última semana, tanto macristas como lavagnistas volvieron a mostrarse los dientes y repitieron que los contactos están suspendidos, casi al borde de la ruptura. Sin embargo, ambos socios desconfiados se necesitan más que nunca. No sólo por la necesidad de consolidar sus caudales electorales, sino por el temor de sufrir serios daños ante la alianza electoral que pondrán en juego Elisa Carrió y Fernando "Pino" Solanas. El inesperado tándem que compartirá la Coalición Cínica con Proyecto Sur es una amenaza para el PRO dentro del único territorio que gobierna hace seis años y que ahora quiere ganar con un extrapartidario a la cabeza, que proviene del primer kirchnerismo.
Cerca de Lavagna admiten que Carrió desgastará al ex ministro por derecha y que Pino lo limará por izquierda. Ambos también podrían quedarse con parte del electorado que, hasta ahora, depositó sus boletas a favor de Macri con tal de consolidar su rechazo al kirchnerismo. Con esas amargas ecuaciones en ciernes, Lavagna reactivará su agenda a partir de mañana y se reunirá con el "Momo", recién llegado de Roma. El jefe de los peones rurales mantuvo dos reuniones con su amigo, el Papa Francsico. Durante el viaje también recibió mensajes de paz provenientes de Buenos Aires. Todos llevan la firma de Macri, más necesitado de peronismo que nunca.
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