Bergoglio encabezó en la mañana de ayer la única actividad oficial prevista para el día: un encuentro con los 207 cardenales presentes, durante el cual se despidió de ellos.
En su discurso ante los purpurados, el Papa aseguró que "el afecto que une a los cardenales me invita a servir al Evangelio para trabajar con Cristo y en Cristo para celebrar el año de fe. Todos nosotros vamos a tratar de responder con fe para llevar a Jesucristo a la humanidad y para traer a la humanidad a regresar a Cristo, a la Iglesia".
Además elogió a su antecesor, por quien aseguró sentir una gran gratitud. "Siento una gran gratitud y afecto por mi predecesor, quien revigorizó la Iglesia con su fe, sus conocimientos y su humildad".
Además, hizo un llamado a los católicos: "No cedamos al pesimismo, a la amargura que el Diablo nos ofrece todos los días" y prometió trabajar "para que la Humanidad vuelva a la Iglesia". También señaló que "en la vejez está la sabiduría" y en la que convocó a darles "a los jóvenes la sabiduría de la vida, como el buen vino".
"Nosotros somos trabajadores. Alguien me dijo que los cardenales son los sacerdotes del Santo Padre. Sí, tenemos una comunidad en cuanto a nuestra amistad y eso es algo bieno. Esta apertura mutua nos ha facilitado el poder actuar con calma bajo la inspiración del Espíritu Santo, que es la principal orientación en cualquier acto de fe; es algo que unifica todas las diferencias", reflexionó.
Está previsto que hoy -sábado- el jefe de la iglesia católica se presente en una conferencia de prensa ante 6000 periodistas de todo el mundo.
Con todo respeto, Su Santidad... Si ustedes son trabajadores, Carrió es cuerda, Macri comunista y Binner avispado.
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