El ente internacional decidió cerrar sus oficinas en la Argentina el próximo mes. Sostienen que es por “razones presupuestarias” pero el trasfondo político parece haber colaborado a la determinación.
El Fondo Monetario Internacional anunció la determinación de cerrar sus oficinas en la Argentina el próximo mes. Según se informó oficialmente las causas serían “razones presupuestarias” pero por lo bajo, las políticas del kichnerismo claramente pusieron límites a su injerencias en el país.
Otra de las molestias que generó esta decisión es la causa judicial que lleva adelante el juez Alejandro Catania y el posible llamado a citación a sus representantes para prestar declaración.
Lo que ocurrió fue que el gobierno argentino, a través de la Secretaría de Comercio Interior, denunció ante la justicia que si la Argentina hubiera tomado como parámetro el índice de precios minoristas de las consultoras privadas, el Estado habría tenido que desembolsar un plus de U$S 40 mil millones.
A pesar de la citación a los representantes del FMI, el organismo alegó inmunidad diplomática e intentó burlar este llamado de la justicia. Sin embargo en el Estado no descartan que la justicia apele a nuevas herramientas para obtener información que maneja el organismo multilateral.
Paralelamente, un vocero del FMI desestimó este llamado y aseguró que el cierre de su representación en Buenos Aires no es un hecho “inusual”, sino que la iniciativa responde a “razones presupuestarias”. "Mantenemos un diálogo cercano con las autoridades, en tanto que el personal local continuará con los trabajos técnicos que se están desarrollando", especificó.
Para quienes abrazamos la causa nacional y popular ésta ha sido, sin dudas, una buena noticia. Para los cipayos, amantes del neoliberalismo eterno y añoradores de los "gloriosos" años '90, será una muestra más de que la Argentina está "aislada del mundo".
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