Reproducimos la nota que, en su diario digital El Vígia, escribiera nuestro querido amigo Dante López Foresi sobre su hermana, Liliana, a quien cariñosamente llama "la Gran Hermana".
Un 1º de marzo pero hace más de 30 años, comenzó su carrera en televisión Liliana López Foresi. Y recuerdo que de su mano entré a este fantástico -y a veces muy cruel- mundo de los medios de comunicación.
A solo 3 meses de recibirse en el ISER fue contratada para conducir un espacio en el Canal 7. Era un noticiero cultural de 15 minutos a mediodía denominado "De interés público".
Me recuerdo orgulloso viendo a Lili presentando por primera vez en Argentina la que llamaban "máquina de mirar" (Canal 11, en el '77), que no era otra cosa que la cámara de exteriores que hoy vemos a diario, aunque menos sofisticada, claro.
La primera mujer en conducir un Festival de Cosquín. Ganadora de varios Martín Fierro y nominada Mujer del Año por la Fundación Konex. La primera en conducir un programa de opinión. El mismo que en 1991 fuera censurado por la alianza entre el menemismo y el Grupo Clarín y que hasta hoy le cuesta a Liliana estar fuera de la televisión abierta. ¿Cómo ocurrieron los hechos?. ¿Hace falta recordarlo?
El 2 de Mayo de 1991 se realizó un almuerzo entre el ex presidente Carlos Mufa (*), la dueña de Clarín Ernestina Herrera de Noble, Eduardo Bauzá y el empleado de Clarín (hoy llamado CEO) Héctor Magnetto. Fue precisamente la señora Ernestina quien le pidió a Mufa (*) "que se calle Kelly”. Mufa (*) respondió: "que se calle Liliana". Ambos sonrieron y luego de los postres, Magnetto y Bauzá arreglaron la "letra chica" y el mecanismo de la censura. Guillermo Patricio Kelly había anunciado esa misma mañana en su programa radial que “esta noche contaré en mi programa de Canal 7 de donde provienen los hijos de las “señoras nobles”. Se refería a los hijos de Ernestina, de quienes aún se sospecha que son hijos de desaparecidos, causa por la cual la señora ya estuvo presa.
Liliana se enteró de que ya no podría opinar ni realizar entrevistas a través de un productor del programa y las razones de semejante injusticia por boca de su invitado de ese mismo 2 de mayo de 1991, el ex diputado radical César Jaroslavsky, quién le dijo textualmente: "yo sabía que el almuerzo de hoy te iba a costar la cabeza".
Fue así como en “Revista 13, Periodismo con opinión”, Liliana convirtió las palabras verbalizadas en gestos elocuentes, que fueron comentados por la gente durante todo aquel 1991. Poco después, los gestos también molestaron al poder. El gerente de noticias del canal en ese entonces y “emblema” de la libre expresión, Luis Clur, censuró la lectura de frases de Juan Gelman (una idea de Liliana para ir a corte) argumentando que eso también era "bajar línea" o emitir opinión.
Liliana fue desplazada de la conducción. No solamente las mujeres periodistas se "suicidaron" no reaccionando ante la injusticia de tal censura de un programa periodístico conducido por alguien del mismo género, sino que la prensa en su casi totalidad dio muestras de una falta de compromiso con la libertad de expresión que aún se observa con claridad. Lo increíble es que hayan pasado 16 años y los responsables de los grandes medios aún se resistan a contratarla. Solo Mirtha Legrand pidió hasta hace cuatro años que se haga justicia y que Liliana vuelva a la televisión abierta.
Únicamente los periodistas Pablo Llonto y Néstor Genta denunciaron con detalles el acto de censura. Y quien contó más pormenorizadamente los hechos fue el mismo Guillermo Patricio Kelly en su último libro. ¿Y el resto? ¿Y la prensa independiente? Ahora mismo se me ocurre preguntarle a los "colegas" y compañeros: ¿No sienten algo de vergüenza en que tenga que ser el hermano de Liliana quien cuente y recuerde este episodio siniestro para la historia de todo el periodismo argentino?
No quiero extenderme mucho porque se trata de mi hermana y sabido es que le sobra lo suficiente como para no necesitar defensas ni apologías familiares. Ella aún ni se imagina el orgullo que siento por ser portador de este apellido que "Lili", "La Negra", o como quieran llamarla convirtió en un sinónimo de dignidad y coherencia ideológica. Ser el "hermano de" es un privilegio que agradezco a la vida, en un medio y un sistema donde no muchos pueden jactarse de sus orígenes o sus parientes.
La televisión abierta -mientras tanto- se bambolea entre grandes hermanos, gente que baila y canta por un sueño generalmente canciones de Ricky Martín o Los Palmeras y casi ningún programa netamente periodístico.
Perdonalos Liliana... no saben lo que hacen.
Tu hermano
Dante
Dante
(*) En su nota, Dante llama al ex presidente de origen riojano por su apellido. El reemplazo del apellido por la palabra "Mufa" corre por cuenta de la redacción de Currín On Line, toda vez que, como es sabido, en este diario no se lo nombra para evitar que, tanto quienes lo hacemos, como los lectores, sufran algún tipo de desgracia.
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