Enrique Olivera, el ex jefe de gobierno porteño y radical, ganó las elecciones en el Jockey Club, el grupo de elite más viejo que tiene Argentina y le sacó por un rato el gusto amargo al 2011.
"Si enfrente están la Sociedad Rural, La Nazión y el Jockey Club, ya sé donde debo estar yo", decía el pensador, escritor y político argentino Arturo Jauretche. Muchas décadas pasaron desde que emitió esta opinión y sin embargo algunas cosas aún no han cambiado.
A los 71 años, Enrique Olivera, el ex jefe de gobierno porteño, ganó una elección durísima por apenas 212 votos y se convirtió en la nueva autoridad del Jockey Club. Pese a su tradición radical, el ex dirigente negó que ese espacio se convierta en el nuevo bastión de la UCR.
Su antecesor, Bruno Quintana, estuvo involucrado en un escándalo y es que durante su gestión fomentó la firma de un contrato con Jorge Rodríguez, el ex de Susana Giménez y buen amigo de Rodolfo Galimberti, para entregarle en alquiler una amplia porción del predio que el club tiene en San Isidro.
Rodríguez, asociado con Jorge Born hijo, tenía previsto construir un estadio. Pero nada salió como estaba planeado: los socios protestaron, se levantó una nube de sospechas, el proyecto se dio de baja y, al fin, Quintana perdió los comicios.
Ante este suceso, los postulantes se multiplicaron. Uno de ellos fue el ex embajador ante las Naciones Unidas, Emilio Cárdenas, quien consiguió el apoyo del ex presidente de la Sociedad Rural Enrique Crotto y del ex dirigente de la Ucedé, Jorge Pereyra de Olazábal.
“El club tiene un buen patrimonio. Tiene que administrar bien sus finanzas”, reconoce Olivera, el nuevo presidente y es que el club de "elite" posee bienes por 1.000 millones de dólares.
Sin embargo algunos de sus integrantes desconfían del manejo. Olivera dijo que va a “imponer un cambio hecho por hombres del club que respetan las tradiciones” y con esto prometió cambiar el estatuto, fomentar actividades culturales donde se permitirá el ingreso de mujeres y mostrar un poco de austeridad.
Y después, los malintencionados y operadores de siempre, dicen que la UCR está al borde de la desaparición.
Fuentes generalmente bien informadas señalaron que luego de ganar las elecciones y antes de asumir, Olivera preguntó si el Jockey Club tenía helipuerto.
A los 71 años, Enrique Olivera, el ex jefe de gobierno porteño, ganó una elección durísima por apenas 212 votos y se convirtió en la nueva autoridad del Jockey Club. Pese a su tradición radical, el ex dirigente negó que ese espacio se convierta en el nuevo bastión de la UCR.
Su antecesor, Bruno Quintana, estuvo involucrado en un escándalo y es que durante su gestión fomentó la firma de un contrato con Jorge Rodríguez, el ex de Susana Giménez y buen amigo de Rodolfo Galimberti, para entregarle en alquiler una amplia porción del predio que el club tiene en San Isidro.
Rodríguez, asociado con Jorge Born hijo, tenía previsto construir un estadio. Pero nada salió como estaba planeado: los socios protestaron, se levantó una nube de sospechas, el proyecto se dio de baja y, al fin, Quintana perdió los comicios.
Ante este suceso, los postulantes se multiplicaron. Uno de ellos fue el ex embajador ante las Naciones Unidas, Emilio Cárdenas, quien consiguió el apoyo del ex presidente de la Sociedad Rural Enrique Crotto y del ex dirigente de la Ucedé, Jorge Pereyra de Olazábal.
“El club tiene un buen patrimonio. Tiene que administrar bien sus finanzas”, reconoce Olivera, el nuevo presidente y es que el club de "elite" posee bienes por 1.000 millones de dólares.
Sin embargo algunos de sus integrantes desconfían del manejo. Olivera dijo que va a “imponer un cambio hecho por hombres del club que respetan las tradiciones” y con esto prometió cambiar el estatuto, fomentar actividades culturales donde se permitirá el ingreso de mujeres y mostrar un poco de austeridad.
Y después, los malintencionados y operadores de siempre, dicen que la UCR está al borde de la desaparición.
Fuentes generalmente bien informadas señalaron que luego de ganar las elecciones y antes de asumir, Olivera preguntó si el Jockey Club tenía helipuerto.