La presidenta pidió madurez para articular esfuerzos entre la Nación y Ciudad. También volvió a reclamar que se eviten los métodos violentos para manifestarse. “Si van a protestar, háganlo mitad en la vereda, mitad en el cordón”, sugirió.
Con la presencia de la presidenta Cristina Fernández, quien exhortó a no realizar protestas con métodos violentos o que impliquen una violación de la ley, el gobierno inauguró ayer el XI cuartel de bomberos de la Policía Federal, construido en tiempo récord -28 días- en la cancha de fútbol del Club Albariño de Villa Lugano.
“Cuando protestemos, hagámoslo en la vereda, sin perjudicar a la gente que va a su trabajo o a la escuela”, reclamó Cristina desde el escenario erigido bajo un enorme tinglado que, a partir de ahora, funcionará como salón de usos múltiples.
La presidenta también aprovechó el contacto con la gente, que no paraba de gritar contra Mauricio Macri, para adelantar que en los próximos días iniciará una negociación con el gobierno porteño para articular con el jefe de gobierno las jurisdicciones y competencias de la Policía Federal y la Policía Metropolitana. “Nosotros nos hacemos cargo de las cosas. Esta mujer toda la vida se ha hecho cargo de las cosas. Y además, son los ciudadanos los que pagan los sueldos de ambas policías”, recordó Cristina. “Hay que articular esfuerzos serena y maduramente”, subrayó.
Acompañada en el estrado por Hebe de Bonafini y los ministros Nilda Garré (Seguridad), Amado Boudou (Economía) y Alicia Kirchner (Desarrollo Social), la presidenta recordó con suspicacia la toma de ese mismo predio, que duró 16 días y mantuvo en estado de extrema tensión a esa zona del sur de la ciudad. La ocupación, finalmente, pudo ser desarticulada por la actuación de la justicia, sin represión policial.
Cristina dedicó un párrafo para elogiar la labor del juez federal Daniel Rafecas. “Venía recordando lo que vivimos hace poco más de un mes en este lugar, que hoy es un cuartel de bomberos. Parecía haberse convertido en el epicentro de la catástrofe nacional, la histeria mediática lo había convertido en el preanuncio de la disolución nacional. Pero con la Constitución en la mano, con la ley, y con la decisión de un juez de la Nación (por Rafecas) de tomar cartas en el asunto, pudimos recuperarlo y hoy estar inaugurando este cuartel de bomberos de la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal”, señaló.
Tras subrayar que en la toma intervino una banda organizada, Cristina puso como ejemplo el antecedente del Albariño para pedir que no se caiga en la discusión "mediocre y banal” que consiste en polarizar la política de seguridad entre dos conceptos supuestamente opuestos: mano dura y garantismo. “No nos tenemos que enredar en falsas antinomias”, advirtió.
Poco antes, la presidenta había recordado que su gobierno era el que más había invertido para renovar el equipamiento de las fuerzas federales: Policía Federal, Gendarmería y Prefectura.
El acto se caracterizó por un ida y vuelta constante entre la jefa de Estado y la multitud, como pocas veces en los actos oficiales.
Desde el Pro, se escucharon voces críticas hacia el discurso de la presidenta. El Señor que está siempre detrás de Macri, diciéndole lo que tiene que decir, señaló: "No sabemos de qué habla esa mujer. Nosotros la única Constitución que conocemos -y de oídas, porque no la pisamos jamás- es la estación de trenes".