Los multimedios hablan de "ofensiva contra la libertad de prensa y el periodismo" porque no quieren perder el monopolio del papel para diarios que ejercen desde hace décadas a través de Papel Prensa.
Los avances logrados por el kirchnerismo en la Cámara de Diputados -donde consiguió 85 firmas (sobre 120 presentes) a favor del proyecto que declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de papel para diarios, en las comisiones de Comercio, de Comunicaciones; de Libertad de Expresión y de Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento-, provocó la alarma de los diarios que hasta hoy se benefician con el monopolio del papel a través de Papel Prensa, en desmedro de sus competidores.
El proyecto, que se incluirá en la sesión especial que se inició ayer y que continuará hoy y el viernes, cuando podría tratarse, tiene repercusión en Clarín y particularmente en La Nazión, que le dedica la tapa y dos notas de opinión de Adrián Ventura y Joaquín Morales Solá.
Para Clarín, en el artículo “El kirchnerismo dio un paso más para controlar el papel de diarios”, se trata de una “embestida final para controlar la fabricación y la importación del papel de diarios, insumo principal de la prensa gráfica. Con amplia mayoría oficialista, un concurrido plenario de comisiones en Diputados sacó dictamen a un proyecto que se aprobaría antes de que termine la semana (para que el Senado lo haga ley antes de fin de año), según el cual se imponen criterios de precios y comercialización, de cuidados del medio ambiente, de tasa de ganancia e inversiones, se controla la importación, se tipifican sanciones y, al final, se apunta directamente contra Papel Prensa”.
En franca coincidencia, La Nazión indica que con esta iniciativa “el Gobierno apunta a controlar la empresa privada Papel Prensa, cuya propiedad mayoritaria corresponde a Clarín y a La Nazión”.
Enemigos de la intervención estatal cuando ésta tiende a democratizar los medios de producción, ambos multimedios no tienen empacho en aprobarla e incluso reclamarla para beneficiarse económica y/o políticamente, como cuando obtuvieron Papel Prensa de manera sangrienta durante la dictadura militar.
Ahora, que el gobierno busca declarar de interés público el papel de diario, se quejan y hablan de “revancha”, como lo hace Morales Solá en su columna de ayer. “No había necesidad ni gravedad ni urgencia. Ni siquiera había una privación pendiente o un clamor popular desatendido. La operación relámpago desatada por el oficialismo contra Papel Prensa en el Congreso carece de una explicación, salvo que la revancha sea la explicación”, asegura el hijo de puta, lamebotas del recientemente fallecido genocida Bussi.
Para Joaco, ni los diputados ni la Presidenta “puede ignorar que la Constitución prohíbe el dictado de leyes que atenten contra la libertad de prensa, y que esa libertad, sin la cual se marchitarían todas las demás libertades, está también protegida por los tratados internacionales de derechos humanos suscriptos por el país”.
Lo que no dice, obviamente, es que el monopolio que durante décadas Clarín y La Nazión ejercieron en la fabricación, distribución y comercialización del papel para diario, resultó en limitaciones a la libertad de prensa, ya que la arbitrariedad con que manejaron Papel Prensa sirvió a los fines de eliminar o reducir la competencia y, por lo tanto, de las voces que no acordaran con la línea editorial que ambos multimedios impusieron en el país.
Están nerviosos. Y su nerviosismo les impide darse cuenta que la sociedad ya no les cree. Sería bueno que dejaran de usar el argumento del "ataque a la libertad de prensa" y tuvieran la honestidad de plantear las cosas como son y decir que el problema es que se les acaba el negocio y el poder de presionar.
Pero, claro está, pedirle honestidad a Clarín y a La Nazión es como pedirle lealtad a Cobos y a Alberto Fernández.
Están nerviosos. Y su nerviosismo les impide darse cuenta que la sociedad ya no les cree. Sería bueno que dejaran de usar el argumento del "ataque a la libertad de prensa" y tuvieran la honestidad de plantear las cosas como son y decir que el problema es que se les acaba el negocio y el poder de presionar.
Pero, claro está, pedirle honestidad a Clarín y a La Nazión es como pedirle lealtad a Cobos y a Alberto Fernández.
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