La Nación suele publicar notas en defensa de Julio A. Roca para justificar el genocidio aborigen. En cambio, se muestra preocupado por las manifestaciones populares que enaltecen la imagen del ex presidente Néstor Kirchner.
Los diarios conservadores argentinos se muestran muy preocupados ante la posible pérdida simbólica de figuras como la de Roca, en manos de una supuesta intención kirchnerista de sustitución de relatos. Así, argumentan que la intención oficial es “demonizar a los representantes de la Argentina liberal” para en su lugar “beatificar a Kirchner”. En esta línea llevan varias notas publicadas, por ejemplo dos columnas de opinión de la semana pasada: “Bajen a Roca, alcen a Néstor” y “La demonización de Roca y el Olvido de Sarmiento”, esta última firmada por Mariano Grondona.
Las publicaciones basan sus argumentos, entre otras cosas, en la proliferación de “calles, barrios, campamentos y becas que reciben el nombre Néstor Kirchner” y la próxima inauguración de un mausoleo en Río Gallegos que desplazará a la del General Roca. Estás prácticas las asemejan con las llevadas a cabo por el Imperio Romano, las aristocracias europeas y los fascismos que imponían símbolos para proteger su poder. Esta comparación incurre en una importante miopía al no ser capaz de diferenciar un despliegue propagandístico impulsado por un poder centralizado y, lo que es diferente, la expresión popular y generalizada de un pueblo agradecido con un líder político.
El matutino elige defender la figura de Argentino Roca con expresiones como “los mapuches a los que derrotó Roca no eran "pueblos originarios" de la Patagonia sino pueblos "invasores", ya que eran araucanos que provenían de Chile y que habían aniquilado a los verdaderos pueblos originarios, los tehuelches, antes de que llegara Roca” olvidando que los mapuches debieron introducirse en la Patagonia Argentina a causa de que eran desplazados de sus territorios originales por los propios españoles, empujándolos a un enfrentamiento con el pueblo tehuelche por sus propias subsistencias.
En un imaginario que parece sacado de un cuadro de pintura argumentan que los mapuches “desataron los malones que mataban a nuestros pioneros rurales, y raptaban a sus mujeres, llevándose el producto de sus sangrientas correrías al otro lado de la cordillera” justificando como necesaria la eliminación total de ese peligro, sin percatarse que los verdaderos invasores eran los pioneros.
En sus notas, el diario La Nación pretende adjudicar una supuesta intención del gobierno nacional de “eliminar competidores” al relegar, según dicen, la imagen de todos los próceres, sin tener en cuenta que fue esta administración la que, entre otras cosas, impulsó la filmación y difusión de películas y documentales que retratasen la vida de, por ejemplo, Belgrano y San Martin.
Criticando, como ya es costumbre del diario, la inclinación del gobierno nacional hacia la defensa de los derechos humanos vulnerados en la última dictadura militar, adjudican una intención manipuladora del kirchnerismo que ven repetida en el manejo de la figura de Roca “Se trata pues de buscar genocidas en el pasado” “Roca comandó la campaña de 1879, lo que lo convierte en el exterminador de los pueblos originarios, el genocida de su tiempo”.
El diario presenta a Roca como “un militar profesional que guerreó para construir el Estado nacional. Peleó en la Guerra del Paraguay, combatió a los poderes provinciales que cuestionaban la autoridad nacional, derrotó a los imperios aborígenes del Sur y definió las fronteras argentinas” que además, dicen, no incurría en sacrificios rituales, como si lo hacían los “pueblos originarios” (así, entre comillas según el columnista de La Nación). Cuesta entender tremenda miopía cultural para comparar prácticas religiosas llevadas a cabo por pueblos, con una intención lucrativa de una sociedad que pretendía para sus negocios tierras que no le pertenecían.
Por último una de las notas afirma un actual faccionalismo por parte del Kirchnerismo y expresa el temor de que devenga en totalitarismo. Esto en una nota que no se cansa de defender lo hecho por Roca, que más allá de estar a favor o en contra de sus acciones, nadie puede negar que fueron perpetradas por un grupo reducido que no tubo miramientos para favorecer sus propios intereses a costa de la vida de millones de seres humanos.
Enlaces notas La Nación:(http://www.lanacion.com.ar/1411077-la-demonizacion-de-roca-y-el-olvido-de-sarmiento)(http://www.lanacion.com.ar/1411886-bajen-a-roca-alcen-a-nestor)
No hay comentarios:
Publicar un comentario