Algunos, como Bullrich Luro Pueyrredón a Lilita Carrió y Storani a Alfonsinito, pasan facturas a los grandes derrotados del domingo. Otros, directamente hacen autocrítica y hasta mea culpa por haber hecho lo que hicieron.
Es que el arrasador triunfo electoral de Cristina Fernández de Kirchner caló hondo entre quienes creyeron o quisieron creer lo que decían -y seguirán diciendo- sus mandamases mediáticos: que todo estaba mal, que nos acercábamos fatalmente al abismo.
Tenemos por caso del ex candidato a vicepresidente de Ednarco Duhalde, Mario Das (verüenza) Neves, quien aparece arrepentido de su alianza tras el 6 por ciento obtenido el domingo, incluso varios puntos menos que los que sacó en las primarias de agosto.
"Quizá mi alianza con Duhalde no fue la decisión más feliz de mi carrera", dijo el gobernador de Chubut para procesar amargamente la derrota de Unión Popular que, incluso, lo llevó a perder en su propia provincia, donde Cristina se impuso por el 60 por ciento de los votos y logró acaparar las tres bancas de diputados nacionales en disputa.
Finalmente, desde Rawson, Das (lástima) Neves agradeció "al pueblo de Chubut" por los votos recibidos y felicitó "por este inobjetable y excelente triunfo a la señora Presidenta", a lo que añadió su esperanza de que "les vaya bien a todos los argentinos, más allá de que uno pueda disentir".
Hay una sola cosa peor que los impresentables: los impresentables derrotados.
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