Fiel a su oportunismo, el hijo bobo de Franco Macri había acusado al gobierno por no haber comenzado las obras del soterramiento del Sarmiento. El oficialismo les contestó y ahora Larrata dice estar "sorprendido por el nivel de agresión".
La estrategia de la victimización volvió y nada menos que de la mano del macrismo. Ya pasó la campaña y cualquier hecho vale para acusar al gobierno nacional de ser el culpable de todos los males. Así lo hizo el jefe de gobierno porteño, Mugricio Macri, cuando dijo que la culpa del accidente en Flores fue que la línea del Sarmiento no está soterrada.
Uno de los que le contestó fue el ministro de Planificación, Julio De Vido, quien dijo que "lamentablemente, el excelente trabajo que hizo todo el personal de la Ciudad se ve empañado con estas declaraciones teñidas de soberbia, que en nada contribuyen al objetivo que él dice". Para De Vido, los dichos de Macri salen de "la especulación" y de "la política menor".
Es mas; el miércoles, el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, había dado especificaciones sobre esta megaobra que estará en marcha antes de fin de año. El funcionario había dicho que el soterramiento evitará este tipo de accidentes ocasionados por la existencia de pasos a nivel y que a su vez "reducirán la frecuencia de 8 a 3 minutos y permitirá viajar con mayor comodidad".
Pero el problema no está en el debate del soterramiento, sino en la estrategia del macrismo para tirar la pelota a otro lado. Ya que con estas declaraciones que acusan al gobierno nacional evitaron sacar del foco de atención la discusión entre TBA (concesionaria del servicio) y la Policía Metropolitana sobre quien debió alertar sobre la rotura de la barrera en cuestión.
Mientras que el vocero de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), Gustavo Gago, dijo que les "hubiese gustado" que la Policía Metropolitana les informara que un camión había roto la barrera horas antes del accidente, el ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Montenegro, afirmó que "la responsabilidad de la Metropolitana, es la prevención del delito".
Hoy el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larrata, lejos de hablar sobre las responsabilidades del accidente, se metió de lleno discutir con el oficialismo. "Macri habló de que es una obra que se tenía que haber hecho hace décadas, no habló de ellos", aseguró. Siguiendo con la estrategia de la victimización se mostró "sorprendido por el nivel de agresión".
"No sé por qué se pusieron así, porque Mauricio habló de que es una obra que se tenía que haber hecho hace décadas, no habló de ellos. No entendemos por qué se pusieron así, no entendemos el nivel de agresión. Nuestra intención es que se haga la obra lo más rápido posible. Ojalá que se haga esa obra, y ojalá que también se levanten los amparos que hay en la Justicia y que frenan las obras", señaló el funcionario.
Si los amparos a los que se refiere Larreta son los mismos a los que había hecho mención el ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, se trata de una información falaz.
El titular de la cartela de Justicia y Seguridad porteña, Guillermo Montenegro, había dicho el miércoles que "hay 17 amparos judiciales presentados en la ciudad de Buenos Aires por parte de ambientalistas y algunos vecinos que frenaron las obras relacionadas al soterramiento" de la línea ferroviaria Sarmiento.
Sin embargo, el defensor adjunto de la ciudad de Buenos Aires, Gerardo Gómez Coronado, aseguró "es falaz" esta afirmación. El Ejecutivo pidió a la Legislatura una autorización para destinar 186 millones de dólares para hacer sapitos en las líneas Mitre, Urquiza y San Martín, a los cuales los vecinos se habían manifestado en contra. Sin embargo ninguno de ellos estaba previsto para la línea Sarmiento.
Sobre la tragedia en sí no queremos ahondar demasiado para no caer en lo que criticamos, que es hablar sin saber y sacar conclusiones apresuradas antes de que actúe la justicia.
No podemos dejar de señalar, sin embargo, que cuando el martes vimos las imágenes de las cámaras de seguridad de la Policía Metropolitana, nos preguntamos por qué, si estaban viendo que la barrera estaba rota y funcionando mal, no alertaron a las autoridades de TBA y, sobre todo, por qué no destinaron a un efectivo de la fuerza para que colaborara con el banderillero de la empresa, e incluso lo sulplantara cuando éste se retiró.
Montenegro nos da ahora la respuesta. La Policía Metropolitana no está para eso. No está para -con un simple llamado telefónico- evitar la mayor tragedia ferroviaria de los últimos 50 años.
Ahora bien. Para la oposición al gobierno nacional -incluído el macrismo, por supuesto- Argentina en general y Buenos Aires en particular, son poco menos que Ciudad Juárez y el delito y la inseguridad son un verdadero flagelo.
Y según Montenegro, "la responsabilidad de la Metropolitana, es la prevención del delito". O sea, uno de los mayores flagelos de nuestra ciudad, es aquel cuya prevención es responsabilidad de la Policía Metropolitana.
A confesión de parte, relevo de prueba. Montenegro no hizo otra cosa que decirnos que la Metropolitana no sirve para un carajo
Pero eso si... la culpa, siempre e invariablemente, es de los otros.
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