El columnista, Luis Majul, volvió a la carga contra la presidenta de la Nación claramente con fines promocionales de su nuevo libro. Para el periodista el anuncio en Olivos fue “más parecido a la final de Gran Hermano que a una decisión partidaria”.
En Majulopolís hay dos o tres conceptos que se repiten en las columnas una y otra vez. Estas supuestas "verdades reveladas" son presentadas con bombos y patillos, aunque no sean más que apresuradas conjeturas. Así se habla del uso del luto por parte de Cristina, de la invocación a Néstor Kirchner, de la percepción del gobierno y de las decisiones internas del partido.
Claro que estos temas se tocan desde su lógica, donde Cristina y Néstor, son "Él" y "Ella", una referencia constante a su nuevo libro, promocionado en cuanto medio hace su aparición. Ahora, el columnista de La Nazión intenta bucear sobre las decisiones electorales y una vez mas se lo adjudica a los "caprichos" de la presidenta.
Para el infeliz de Majul, el haber decidido que Amado Boudou y Gabriel Mariotto sean los compañeros de las fórmulas nacional y provincial del FpV, "parece haber dado, en los últimos días, muestras concretas de su debilidad política. La manera en que eligió a los candidatos de la listas, la puesta en escena para ungir a su compañero de fórmula y el uso de la cadena oficial y de los medios públicos con fines partidarios son apenas tres ejemplos que prueban este diagnóstico", publica hoy.
Luego afirma que el cristinismo maltrató a los integrantes del peronismo. Majul escribe: "El destrato tiene la firma del secretario legal y técnico, Carlos Zannini, para quien hacer política es llevarse todo por delante, pero la decisión de hacerlo fue de Ella y de nadie más. Pero hacia fuera se puede leer como todo lo contrario. Es decir: como un capricho personal o como una muestra de autoritarismo de alguien que no acepta otra mirada que la propia".
Según el estúpido conductor de La Cornisa, el anuncio en Olivos tuvo características de un reality show: "Una cosa es demostrar a los gobernadores del PJ, los intendentes del conurbano, los hombres de Hugo Moyano y a dirigentes sociales como Luis D'Elía que ella es la que manda y otra, muy distinta, es crear un clima de expectativa más parecido a la final de Gran Hermano que a una decisión partidaria y en la quinta de Olivos".
Y continúa: "Sin embargo, para reforzar la idea de que la Presidenta conduce y decide, que sigue firme y en pie, ¿era necesario colocarla en ese papel de monarca, como si cada asunto de Estado dependiera de su conducta o de su humor?. Lo que el cristinismo evalúa como una jugada maestra se debe leer, en realidad, como una decisión desesperada para evitar que se le diluya el poder".
Al final vuelve de lleno en un tema constantemente tocado en sus columnas y ahora también en su tan criticado y refutado libro: el duelo de Cristina Fernández. "Lo mismo se puede decir de la creciente tendencia de la Presidenta a mezclar su tragedia personal con los asuntos de la vida pública. Está probado que la fórmula le viene dando inmejorables resultados en las encuestas desde noviembre del año pasado".
Y al final se pregunta: "Sin embargo, ¿hasta cuándo se podrá hacer uso y abuso de ese recurso? ¿Hasta cuándo la misma parte de la sociedad no politizada que ahora la mira con simpatía y sin rencor no empezará a mostrar signos de cansancio y hartazgo por las constantes alusiones a su compañero político?".
Claro que estos temas se tocan desde su lógica, donde Cristina y Néstor, son "Él" y "Ella", una referencia constante a su nuevo libro, promocionado en cuanto medio hace su aparición. Ahora, el columnista de La Nazión intenta bucear sobre las decisiones electorales y una vez mas se lo adjudica a los "caprichos" de la presidenta.
Para el infeliz de Majul, el haber decidido que Amado Boudou y Gabriel Mariotto sean los compañeros de las fórmulas nacional y provincial del FpV, "parece haber dado, en los últimos días, muestras concretas de su debilidad política. La manera en que eligió a los candidatos de la listas, la puesta en escena para ungir a su compañero de fórmula y el uso de la cadena oficial y de los medios públicos con fines partidarios son apenas tres ejemplos que prueban este diagnóstico", publica hoy.
Luego afirma que el cristinismo maltrató a los integrantes del peronismo. Majul escribe: "El destrato tiene la firma del secretario legal y técnico, Carlos Zannini, para quien hacer política es llevarse todo por delante, pero la decisión de hacerlo fue de Ella y de nadie más. Pero hacia fuera se puede leer como todo lo contrario. Es decir: como un capricho personal o como una muestra de autoritarismo de alguien que no acepta otra mirada que la propia".
Según el estúpido conductor de La Cornisa, el anuncio en Olivos tuvo características de un reality show: "Una cosa es demostrar a los gobernadores del PJ, los intendentes del conurbano, los hombres de Hugo Moyano y a dirigentes sociales como Luis D'Elía que ella es la que manda y otra, muy distinta, es crear un clima de expectativa más parecido a la final de Gran Hermano que a una decisión partidaria y en la quinta de Olivos".
Y continúa: "Sin embargo, para reforzar la idea de que la Presidenta conduce y decide, que sigue firme y en pie, ¿era necesario colocarla en ese papel de monarca, como si cada asunto de Estado dependiera de su conducta o de su humor?. Lo que el cristinismo evalúa como una jugada maestra se debe leer, en realidad, como una decisión desesperada para evitar que se le diluya el poder".
Al final vuelve de lleno en un tema constantemente tocado en sus columnas y ahora también en su tan criticado y refutado libro: el duelo de Cristina Fernández. "Lo mismo se puede decir de la creciente tendencia de la Presidenta a mezclar su tragedia personal con los asuntos de la vida pública. Está probado que la fórmula le viene dando inmejorables resultados en las encuestas desde noviembre del año pasado".
Y al final se pregunta: "Sin embargo, ¿hasta cuándo se podrá hacer uso y abuso de ese recurso? ¿Hasta cuándo la misma parte de la sociedad no politizada que ahora la mira con simpatía y sin rencor no empezará a mostrar signos de cansancio y hartazgo por las constantes alusiones a su compañero político?".
Pensándolo bien, en algún punto no le falta razón a Majul. Porque después de todo, ¿qué derecho tenía Cristina Fernández de Kirchner a elegir a su candidato a vicepresidente sin consultarle a él? ¿A quién se le puede ocurrir llevar a cabo el anuncio del compañero de fórmula en la quinta de Olivos sin pedirle primero permiso a Luis Majul?
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