A contramano de las construcciones de sentido de sus admiradores en Buenos Aires, el intelectual peruano denunció “campañas de miedo” de los principales medios de su país para favorecer el retorno al poder del fujimorismo en las elecciones.
"La prensa nos dice todos los días que su libertad es imprescindible para el desarrollo de la sociedad humana (...) pero nos oculta la naturaleza de esa libertad (...) porque el libre acceso a las fuentes de información no implica la libre discusión, ni la honesta difusión, ya que ese libre acceso se condiciona a los intereses de los grupos dominantes que dan la versión y la difunden”, decía Arturo Jauretche.
El próximo domingo, en lo que se anticipa como un reñido ballotage, Perú deberá elegir al sucesor del presidente liberal Alan García (Digresión “a lo Brienza”: “Patria querida dame un presidente como Alan García”, se coreaba en nuestro país en los ‘80s, despreciando a Alfonsín y mirando con admiración al por entonces progresista par peruano, ¿se acuerdan? Bueno, el muchacho cambió un poco desde entonces).
Acabado el ciclo aprista, las opciones de la segunda vuelta de cara al próximo período de gobierno están encarnadas por Keiko Fujimori, hija del paladín del neoliberalismo en Latinoamérica en los ‘90s -actualmente en prisión-, y Ollanta Humala, ex militar nacionalista enlistado en la centroizquierda política.
En las semanas previas a la elección, ¿las grandes corporaciones mediáticas de Perú habrán dado voz a las dos variantes por igual o, bajo un aura de presunta independencia, habrán atacado sistemáticamente al candidato de centroizquierda para favorecer a la representante de la derecha? Adivine la respuesta estimado lector.
El próximo domingo, en lo que se anticipa como un reñido ballotage, Perú deberá elegir al sucesor del presidente liberal Alan García (Digresión “a lo Brienza”: “Patria querida dame un presidente como Alan García”, se coreaba en nuestro país en los ‘80s, despreciando a Alfonsín y mirando con admiración al por entonces progresista par peruano, ¿se acuerdan? Bueno, el muchacho cambió un poco desde entonces).
Acabado el ciclo aprista, las opciones de la segunda vuelta de cara al próximo período de gobierno están encarnadas por Keiko Fujimori, hija del paladín del neoliberalismo en Latinoamérica en los ‘90s -actualmente en prisión-, y Ollanta Humala, ex militar nacionalista enlistado en la centroizquierda política.
En las semanas previas a la elección, ¿las grandes corporaciones mediáticas de Perú habrán dado voz a las dos variantes por igual o, bajo un aura de presunta independencia, habrán atacado sistemáticamente al candidato de centroizquierda para favorecer a la representante de la derecha? Adivine la respuesta estimado lector.
Indignado, Vargas Llosa salió a denunciar allá las escandalosas operaciones mediáticas sobre las que calló acá (Link a la nota original, publicada en el diario peruano La República).
“Los medios han perdido toda apariencia de objetividad: la campaña de invenciones, de falsificaciones, de calumnias contra Ollanta Humala cubren el espectro de toda la media”, afirmó este otro peruano parlanchín. Y completó: “Los espacios que dejan para que los partidarios de Humala puedan expresarse son mínimos”, en la recta final de la campaña electoral para la segunda vuelta del 5 de junio.
Además, Vargas Llosa sopapeó al periodista estrella Jaime Bayly, quien acaba de montar un programa dominical de TV exclusivamente para atacar la candidatura de Humala. “¿En qué se ha convertido después de ser un joven que prometía mucho?”, se preguntó sobre el ex prodigio. Y respondió vía descripción: “Primero, en un payaso; y luego, en un verdadero bufón maligno al servicio del fujimontesinismo”.
¡Qué palabras tan duras contra medios y periodistas! La oposición republicana, Clarín, La Nación y los emblemas del “periodismo independiente” vernáculo, ¿saldrán a denunciar a Vargas Llosa por “atacar la libertad de expresión”?
En Currín On Line, seguramente porque deberíamos estar enfrascados en cuestiones banales, nos perdimos la etapa en la que Jaime Bayly fue un "jovenque prometía mucho". Nosotros siempre lo conocimos como un payaso (con perdón de Cañito, Firulete y Piñón fijo) y como un bufón maligno.
En cuanto a Vargas Llosa, cuánto mejor sería el mundo si solo se dedicara a la literatura.
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