Tal como diéramos cuenta en el día de ayer, Currín On Line fue víctima de un ataque a la libertad de expresión; ataque éste materializado a través de las pintadas ofensivas que aparecieron en el frente del edificio de nuestras oficinas de redacción y administración.
Los primeros indicios apuntan a los ocupantes del exclusivo barrio privado "Parque Garca" ubicado a muy pocas cuadras de nuestra sede; quienes hace unas semanas realizaron un escrache frente al edificio, haciendo sonar las bocinas de sus autos importados y poderosas camionetas 4x4.
También dentro del arco opositor al gobierno hubo repercusiones. Pino Solanas señaló que "me parece un escándalo que se sospeche de los habitantes de Parque Garca, pero la verdad es que a mí, mientras no me toquen a Fibertel, lo que pase con Currín me importa tres carajos".
Por su parte, Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica fue contundente: "a nadie le pintan el frente porque sí; algo habrán hecho estos lacayos de Currín".
El diputado Olmedo (el impresentable de la campera amarilla que no sabemos de qué partido es) fue terminante: "la verdad no ofende. Una de las pintadas dice Currín Puto y todo el mundo sabe que el capo de Currín se la come doblada y que está en pareja con otro trolo de nombre Juan Carlos".
Mauricio Macri, en tanto, manifestó que "mientras el gobierno nacional no controle el tema de la inmigración indiscriminada va a ser imposible terminar con los derrumbres. Todos los días entran 200 o 300 personas a la Ciudad de Buenos Aires, provenientes de Bolivia y Paraguay, sin que nosotros sepamos quienes son". Cuando los periodistas le advirtieron que las principales sospechas no recaían sobre inmigrantes bolivianos y paraguayos, si no sobre los habitantes de un barrio privado, Macri dijo: "entonces no sé. El señor que está siempre atrás mío diciéndome lo que tengo que decir está de vacaciones y lo único que me quedó a mano es el papel que leí cuando fue lo de la toma del Parque Indoamericano".
Currín ha recibido innumerables muestras de solidaridad y de repudio al ataque, tanto de parte de sus lectores como de funcionarios del gobierno. El ejecutivo nacional manifestó su clara de intención de determinar quienes han sido los responsables del ataque sufrido por Currín y para ello dispuso que se lleve a cabo una exhaustiva investigación, al frente de la cual se encuentra el mismísimo jefe de gabinete, Aníbal Fernández, quien en horas de la mañana se presentó en nuestras oficinas y efectuó una inspección ocular en las inmediaciones.
También dentro del arco opositor al gobierno hubo repercusiones. Pino Solanas señaló que "me parece un escándalo que se sospeche de los habitantes de Parque Garca, pero la verdad es que a mí, mientras no me toquen a Fibertel, lo que pase con Currín me importa tres carajos".
Por su parte, Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica fue contundente: "a nadie le pintan el frente porque sí; algo habrán hecho estos lacayos de Currín".
El diputado Olmedo (el impresentable de la campera amarilla que no sabemos de qué partido es) fue terminante: "la verdad no ofende. Una de las pintadas dice Currín Puto y todo el mundo sabe que el capo de Currín se la come doblada y que está en pareja con otro trolo de nombre Juan Carlos".
Mauricio Macri, en tanto, manifestó que "mientras el gobierno nacional no controle el tema de la inmigración indiscriminada va a ser imposible terminar con los derrumbres. Todos los días entran 200 o 300 personas a la Ciudad de Buenos Aires, provenientes de Bolivia y Paraguay, sin que nosotros sepamos quienes son". Cuando los periodistas le advirtieron que las principales sospechas no recaían sobre inmigrantes bolivianos y paraguayos, si no sobre los habitantes de un barrio privado, Macri dijo: "entonces no sé. El señor que está siempre atrás mío diciéndome lo que tengo que decir está de vacaciones y lo único que me quedó a mano es el papel que leí cuando fue lo de la toma del Parque Indoamericano".
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