EL OPERATIVO LO REALIZÓ AYER A LA MAÑANA LA POLICÍA DE LA CIUDAD POR ORDEN DEL FISCAL GENERAL PORTEÑO. FUERON DESALOJADOS CASI 500 PUESTEROS, QUE PROTESTAN EN EL LUGAR. HABÍAN SIDO DENUNCIADOS POR LOS COMERCIANTES DE LA ZONA.
Mediante un fuerte operativo de la Policía de la Ciudad desplegado a primera hora de la mañana de ayer, alrededor de 500 puestos de vendedores ambulantes fueron desalojados de distintos puntos de la zona más comercial del barrio porteño de Liniers. La orden fue dada por el fiscal general de la Ciudad, Luis Cevasco, luego de que comerciantes del lugar denunciaran la competencia de la venta callejera.
El operativo fue coordinado por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño en la zona rodeada por la avenida Rivadavia, las calles Carhúe y Ventura Bosch, y la colectora de General Paz. El organismo precisó que se les desarmaron los puestos a 475 vendedores callejeros.
A todos les secuestraron lo que vendían, salvo a aquellos que rápidamente comenzaron a levantar sus productos para poder comercializarlos de otra manera. Bajo la custodia policías uniformados y de civil, los trabajadores de la cartera ambiental destrozaron puestos de ventas de plantas y flores, levantaron mantas desplegadas en las veredas y cortaron con tenazas y amoladoras varios stands. Luego los arrojaron a los camiones contratados por el Ministerio.
De la misma manera, todos los objetos de venta, los que fueron rotos y los que quedaron sanos también, fueron colocados en bolsas de residuos y arrojado en los camiones de carga. “Nos dejaron sin nada para trabajar, perdimos la comida de todos los días”, lamentó durante una entrevista televisiva un puestero de aproximadamente 60 años.
Otro dato que llamativamente suministró la cartera encabezada por Eduardo Macchiavelli fue que el 44 por ciento de los puestos eran administrados por ciudadanos senegaleses, el 39 por bolivianos, el 9 por ciento por peruanos, el 5 por argentinos y el 1 por ciento por paraguayos.
También se indicó que de los 475 puestos desalojados, 239 eran de comida y 236 de distintos objetos, como bijouterie e indumentaria. Además, se informó oficialmente que la investigación para “terminar con la venta callejera” comenzó hace tiempo por denuncias de vecinos y comerciantes de la zona molestos por la instalación de mantas con productos en sus veredas. Adujeron “competencia desleal” y “venta ilegal”.
El Ministerio Público Fiscal informó que personal policial de la División Contravenciones y Faltas también allanaron y clausuraron "más de diez depósitos donde se guardaba mercadería", se clausuraron "siete talleres clandestinos" e incautaron mil bultos de mercadería, 200 de los cuales habrían tenido "alimentos en mal estado" que fueron "destruidos por la Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria del Gobierno de la Ciudad".
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