LOS FAMILIARES DE LOS 44 TRIPULANTES DEL SUBMARINO ARA SAN JUAN, QUE PERDIÓ CONTACTO EL MIÉRCOLES ÚLTIMO, VIVEN CON ESPERANZA Y ANGUSTIA LA BÚSQUEDA POR MAR Y AIRE DE LA NAVE.
"Es angustiante el paso de las horas. Vivimos una mezcla de sentimientos terrible. Uno se pone nervioso, hay silencios, miradas", dijo Marcela González, esposa de Hernán Rodríguez, maquinista del submarino.
La mayoría de los familiares de los 44 tripulantes llegaron el viernes a la Base Naval de Mar del Plata, donde debería llegar el submarino entre ayer y hoy, según su plan de navegación.
Sin embargo, la base perdió comunicación con la nave el miércoles último, cuando se encontraba a unos 430 kilómetros de la costa, a la altura de la Península de Valdés.
Desde ese momento los familiares de los tripulantes viven con incertidumbre y temor que aumente con cada hora que pasa sin información.
"Estoy esperanzada de que Diosito nos va a escuchar y que pronto vamos a estar todos juntos", comentó María Morales, madre de otro de los tripulantes.
En tanto, Eduardo Krawczyk, padre de Eliana, la primera oficial submarinista del país que integra la tripulación del submarino, reconoció que vive "un momento dramático".
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