TRES PERSONAS MURIERON EN LOS CHOQUES ENTRE UNA AGRUPACIÓN RACISTA, QUE HABÍAN CONVOCADO UNA CONCENTRACIÓN, Y CONTRAMANIFESTANTES.
Un acto de la extrema derecha estadounidense en Charlottesville, Virginia, terminó en enfrentamientos ayer cuando se encontró con el rechazo de grupos anti-racistas.
El pico máximo de violencia sucedió cuando un auto embistió a un grupo de manifestantes y dejó por lo menos tres muertos. Ante esta situación el gobernador declaró el estado de emergencia y llamó a la policía a prohibir la manifestación.
"Estoy desconsolado porque una vida se perdió aquí", dijo el alcalde de Charlottesville, Mike Singer, en su cuenta de Twitter. "Les pido a todas las personas de buena voluntad, vayan a casa", agregó.
Los enfrentamientos se multiplicaron incluso antes de comenzar la marcha, convocada para protestar contra el retiro de la estatua de un general que estuvo a favor de la esclavitud en un parque público. Cientos de personas -entre ellas algunas que portaban símbolos de nacionalistas blancos y banderas de guerra de los confederados- fueron enfrentadas por un número similar de contramanifestantes.
Los manifestantes de ambos bandos utilizaban cascos y escudos y algunos en la multitud portaban palos de madera. Los miembros de las milicias de extrema derecha tomaron una postura paramilitar, con fusiles semiautomáticos en bandolera, algo que está permitido por la ley en el estado de Virginia.
A este clima de alta tensión se sumó que, por la tarde, un automóvil embistió a la multitud, dejó por lo menos un muerto y varios heridos. En un video publicado en las redes sociales, se ve cómo el vehículo oscuro golpea violentamente a otro por detrás y luego retrocede velozmente en medio de los manifestantes.
Ante los incidentes, la policía antimotines decidió no permitir la manifestación que estaba prevista y procedió a la evacuación del parque público donde iba a tener lugar. Los efectivos realizaron un número no precisado de detenciones en el operativo.
Los grupos de la derecha radical, entre los que figuraba el Ku Klux Klan y neonazis se oponían al proyecto de Charlottesville de retirar de un espacio municipal la estatua del general confederado Robert E. Lee, quien luchó a favor de la esclavitud durante la Guerra Civil estadounidense.
Ante la situación de violencia en la ciudad, el gobernador demócrata de Virginia, Terry McAuliffe, declaró el estado de emergencia, una medida que le permite movilizar una mayor cantidad de medios policiales. A través de Twitter, comunicó que tomó la decisión para "ayudar al estado a dar respuesta a la violencia" durante la manifestación en Charlottesville, a unos 100 kilómetros de Washington DC.
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