LOS SINDICATOS QUE INTEGRAN LA CATT (CONFEDERACIÓN ARGENTINA DE TRABAJADORES DEL TRANSPORTE) RATIFICARON SU ADHESIÓN A LA MOVILIZACIÓN QUE CONVOCÓ LA CGT PARA EL MARTES 22 DE AGOSTO A PLAZA DE MAYO EN RECHAZO AL "RUMBO ECONÓMICO QUE LLEVA ADELANTE EL GOBIERNO" Y SALIERON ASÍ AL CRUCE DE LAS VERSIONES QUE INDICAN QUE ESA MARCHA PODRÍA CANCELARSE.
La moción de esos gremios, la mayoría alineados con el moyanismo, fue aprobada en una reunión llevada a cabo en el sindicato de conductores de trenes de La Fraternidad, de la que participaron su presidente y miembro del triunvirato de la CGT, Juan Carlos Schmid; el secretario general anfitrión, Omar Maturano; su par de Aeronavegantes, Juan Pablo Brey, y el representante de Camioneros Omar Pérez.
"Hay que poner en marcha una resistencia a lo que yo denomino una ofensiva sobre los sindicatos y sobre las condiciones salariales de los trabajadores, no podemos quedarnos quietos ante la difícil realidad que nos toca vivir" aseguró Schmid, al volver a poner de manifiesto los argumentos que se utilizar para convocar a la medida.
Ese pronunciamiento de Schmid y el resto de la CATT tuvo un objetivo claro: salir al cruce de las versiones que comenzaron a trascender en los últimos días, acerca de que dirigentes de los sectores más dialoguistas de la CGT buscan levantar esa marcha programada para nueve días después de las PASO del próximo domingo.
De acuerdo a esos rumores, este último sector -integrando por los "gordos" e "independientes"- considera que podría haber incidentes durante esa jornada, tal como sucedió en la marcha de la CGT de marzo del año pasado, de la que los miembros de la conducción de la central debieron retirarse del palco en medio de empujones y reclamos para que llamaran a un paro nacional.
Al respecto, sospechan que militantes de espacios vinculados al kirchnerismo y a la izquierda, a los que vincularon con los ataques recibidos en aquella ocasión, podrían volver a provocar incidentes.
Además, evalúan que si se produce una victoria de Cristina Kirchner en los comicios del próximo domingo, naturalmente la presión social sobre el Gobierno se incrementará, con lo cual la marcha a Plaza de Mayo de la CGT perdería sentido y sólo serviría a los intereses de los sectores gremiales cercanos a la expresidenta.
Pese al reciente regreso de los sindicatos del MASA y de la Corriente Federal a la vida interna de la central obrera, lo cierto es que las diferencias políticas en el seno de la CGT persisten y amenazan con recrudecer en los próximos meses cuando podría acelerarse un proceso para ir hacia una conducción a cargo de un sólo secretario general y finalizar con el actual esquema del triunvirato, que acaba de cumplir un año de los cuatro que, en teoría, corresponden a su mandato.
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