LOS JEFES COMUNALES FACILITARÁN EL CORTE DE BOLETA EN LOS DISTRITOS PARA NO ENTRAR EN CONTRADICCIÓN CON SUS VOTANTES.
Con el randazzismo en estado de ebullición, algunos intendentes que aún forman parte de las filas del espacio Cumplir comenzaron a describir que viven un "tironeo" porque sus bases quieren votar a Cristina Fernández de Kirchner en octubre. En ese sentido, reconocen que no harán nada para impedir esa situación y -en su mayoría de modo tácito- facilitarán el corte de boleta para no perder apoyo en los municipios.
Randazzo organizó el último sábado una cumbre en Bolívar para alinear a su tropa. Sin embargo, la foto dejó cuatro ausencias sugestivas: Juan Zabaleta (Hurlingham), Germán Lagos (Alberti), Walter Torchio (Carlos Casares) y Francisco Echarren (Castelli).
El intendente de Hurlingham ya juega para el kirchnerismo e incluso organizó una reunión con su par de Salto, Ricardo Alessandro, para facilitar su pase a las filas de Unidad Ciudadana.
Los demás intendentes pusieron excusas para faltar. Sin embargo, lo concreto es que algunos ya reconocen que facilitarán el corte de boleta para no entrar en contradicción con sus propios votantes, la presión interna real que viven en sus distritos.
"Hay muchos compañeros que en las PASO apoyaron a Randazzo pero ya nos dijeron que van a votar a Cristina. Eso es incontenible, nosotros vamos a militar nuestra boleta", dijo un intendente randazzista. Si bien aseguró que no militará el corte de boleta, reconoció que tampoco lo combatirá.
La situación se repite en mayor o menor medida con los demás intendentes del espacio, que vivieron a su favor un corte de boleta que benefició sus listas locales en detrimento de Randazzo.
Ese es, por ejemplo, el caso de Echarren. El intendente de Castelli sacó con su boleta local más del 43% de los votos, mientras que Randazzo sacó el 28% y quedó debajo de la alianza de derecha Cambiemos, ya que Esteban Bullrich ganó en la categoría de senadores con el 40%. En tanto, Cristina sacó 15,4% pero la boleta local de Unidad Ciudadana sacó 8,71%.
En el entorno de Echarren reconocieron que la distancia seguramente se amplíe en favor de Cristina, pero no quieren perder votos locales. Para eso, el intendente -que el año pasado se alejó de La Cámpora para asumir como funcionario de María Eugenia Vidal y luego dejó su puesto acercándose al ex ministro de Interior y Transporte- ahora vuelve a tender puentes con el kirchnerismo y realizó una maniobra clara: sumó a su gabinete a Ricardo Álvarez, el primer candidato a concejal por Unidad Ciudadana.
"Los intendentes estamos entre la espada y la pared. Nuestra militancia claramente está con Cristina. Esto no es una apreciación, lo dicen los datos duros. No pudimos retener nuestra propia base electoral, hubo fuga y queremos conservar el poder en los Concejos Deliberantes", dijo otro de los ausentes en la cumbre de Bolívar.
En ese sentido, los jefes comunales se reconocen "decepcionados" por el bajo número de Randazzo en las PASO y justifican estar explorando otras vías.
"En todo proyecto político debe haber una armonización de intereses. Está bien la intención de Randazzo a mediano plazo de reconstruir el peronismo, pero si el costo para un intendente es no meter ni un concejal y perder en 2019, no hay sincronización de intereses, nos perjudicamos nosotros", dijo uno de ellos.
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