EL PARTIDO DEL FLAMANTE PRESIDENTE FRANCÉS LOGRÓ ENTRE 352 Y 360 BANCAS DE LAS 577 QUE TIENE LA ASAMBLEA NACIONAL. DE ESTA MANERA, MACRON PODRÁ ENCARAR SU PROGRAMA SIN EL RESPALDO DE OTRAS FUERZAS. LA XENÓFOBA MARINE LE PEN SERÁ DIPUTADA POR PRIMERA VEZ, AUNQUE SU FRENTE NACIONAL NO LOGRÓ LOS 15 ESCAÑOS NECESARIOS PARA CONFORMAR UN BLOQUE.
El flamante presidente francés Emmanuel Macron culminó con una victoria la segunda vuelta de las elecciones legislativas.
Según los primeros resultados el oficialismo y su aliado de centro, el MoDem, obtendrían entre 352 y 360 bancas, muy por encima de los 289 que necesita para dominar la cámara.
La República en Marcha, el partido creado hace poco menos de un año y triunfador en las elecciones presidenciales un mes y medio atrás, se benefició del impulso habitual del vencedor y logró una mayoría en las legislativas.
Esta nueva mayoría absoluta le posibilitará poner en marcha las reformas económicas prometidas (algunas de ellas tendientes a la flexibilización laboral, como poner un tope a las indemnizaciones).
La primavera francesa -un periodo en el que tuvieron lugar cuatro elecciones entre el 23 de abril y el 18 de junio- llegó a su fin con la consagración de Macron, quien gobernará con una oposición dividida en el Parlamento y con los dos partidos tradicionales -el Partido Socialista (PS) y la derecha de Los Republicanos- en crisis y con un papel secundario en la Asamblea Nacional.
De acuerdo a los primeros sondeos, la alianza entre los conservadores -Los Republicanos- y sus socios centristas de la UDI se alzarían con 125 diputados. Todavía más lejos se ubicaría el oficialismo saliente (el PS) con 49 bancas. Tal fue el impacto de la derrota que apenas se conocieron estos últimos números el líder del PS, Jean-Christophe Cambadélis, habló de su renuncia y llamó a una reconversión de su fuerza. "Hay que construir una nueva oferta política de izquierdas para contrarrestar el neoliberalismo y el nacionalismo. (...) Los franceses han elegido dar una oportunidad al presidente y no han dejado opciones a sus adversarios”, dijo y se refirió también a un dato que empeña y obliga a relativizar el triunfo -o por lo menos la representatividad- del nuevo oficialismo: una abstención récord, casi un 57 por ciento. “Tiene todo el poder. Pero su triunfo esconde un lado artificial (...) porque su imponente mayoría no refleja la realidad social del país", advirtió Cambadélis desde la sede parisina del PS.
La principal fuerza de izquierda del país, La Francia Insumisa del ex socialista Jean-Luc Mélenchon lograría, junto al Partido Comunista, 30 bancas. Una de ellas será ocupada por el propio Mélenchon. Por otro lado, el Frente Nacional de la ultraderechista Marine Le Pen se quedará con apenas ocho bancas en la Asamblea Nacional, incluida la de su líder, la ex candidata presidencial Marine Le Pen. Sin embargo estas bancas son insuficientes para formar un grupo (bloque) parlamentario, que exige un mínimo de 15. Contar con por lo menos quince bancas es fundamental para la distribución de los puestos claves en la Asamblea (por ejemplo, la presidencia de una comisión específica o para participar activamente en la sesiones de preguntas al presidente, lo que permite una mayor exposición mediática)
Con estas proyecciones, Benjamin Griveux, el vocero de la República en Marcha y candidato por Paris, festejó por televisión y dijo que "tenemos una mayoría clara que se expresó, una mayoría con socios. Habrá una mayoría con una oposición. Eso es una buena noticia".
Francois Baroin, el jefe de Los Republicanos, se limitó a saludar al macronismo al declarar que "pese a la fuerte abstención, los franceses quisieron dar una mayoría neta al presidente de la República. El veredicto de las urnas es claro. Le dirijo mis felicitaciones más republicanas al presidente". Mientras tanto el principal líder de la izquierda y jefe de la plataforma La Francia Insumisa, Mélenchon, también destacó la contundencia de los resultados pero fue más crítico, señaló que se trató de una victoria aplastante pero también de una “abstención aplastante, que se expresó hoy (por ayer) con un significado político ofensivo. Nuestro pueblo entró en una forma de huelga general cívica".
Por su parte, Le Pen tampoco disputó las cifras de las proyecciones, festejó que su fuerza aumentó el número de diputados y lanzó -a través del diario Le Monde- una clara advertencia a la nueva mayoría oficialista: "si bien el gobierno de Macron dispone de una mayoría muy fuerte, debe saber que sus ideas son sin dudas minoritarias en el país. Nosotros seremos los voceros de millones de franceses fieles a su historia y el sostén de los más débiles”. También señaló que "combatiremos con todas nuestras fuerzas los proyectos del gobierno dictados desde Bruselas" y volvió a acusar a Macron de priorizar los intereses de la Unión Europea sobre los franceses.
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