TERESA GARCÍA IRÍA A CONTROLAR A VIDAL A LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES. GRANADOS Y OTROS SE REFUGIAN EN SUS DISTRITOS.
Cristina Fernández de Kirchner garantizaría la cuarta reelección como diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires a Héctor Recalde, Juliana Di Tullio y Carlos "Cuto" Moreno, mientras que el resto de los históricos debería cambiar de destino.
A horas del cierre de listas, previsto para el sábado por la noche, la ex presidenta empezó a definir el destino de su núcleo duro con algunas premisas, como la de migrar figuras fuertes a la Legislatura de la provincia de Buenos Aires y distritos del conurbano bonaerense.
Tendrán la misión remarcar problemas de gestión de María Eugenia Vidal, la figura más aceptada del macrifascismo a la que antes de ayer Cristina pareció aludir en su acto, cuando se refirió a quienes ponían cara de buena.
La encargada de seguir de cerca a Vidal será la actual diputada María Teresa García, quien se mudaría a la Legislatura bonaerense. No será fácil lograr que sea senadora por su primera sección (es de San Isidro) porque ya hay pelea entre los intendentes de la región por los primeros lugares de la lista.
Entre los diputados que ya sacaron pasaje de retorno a sus ciudades está Dulce Granados, que lideraría la lista de concejales por Ezeiza.
No está claro el futuro de Diana Conti, también en el Congreso desde 2005 pero subió su perfil en Vicente López, donde aún resuena su ataque a los concejales del Movimiento Evita por pactar con Jorge Macri.
Edgardo Depetri es otro que lleva 12 años de diputado y Cristina pretendería mudarlo a Lanús, para seguir de cerca al intendente Néstor Grindetti, quien logró remontar su imagen tras quedar involucrado en el escándalo del Panamá Papers.
Recalde celebró en silencio su inesperado enfrentamiento con Mugrizio Macri, quien usó el acto de asunción del canciller Jorge Faurie para acusaron de liderar una red mafiosa con jueces laborales.
En el kirchnerismo creen que será imposible que Cristina lo sacrifique tras esa mención. Sí podría obligarlo a abandonar el Congreso a Carlos Kunkel, junto a "Cuto" Moreno, patriarcas del desembarco K en aquella elección de 2005.
Pero Cristina le habría recordado que la mayoría de sus familiares están bendecidos con cargos legislativos. Y que necesita lugares por sus nuevos dirigidos, para los que aún tiene lugares: al menos 8 de los primeros 12 casilleros de la lista los escribiría la ex presidenta, todos con una banca asegurada.
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