MIENTRAS INTENTA COMPENSAR CON OTRAS VERTIENTES JUSTICIALISTAS LA PÉRDIDA DEL QUE ERA SU RESPALDO TERRITORIAL, EL GRUPO ESMERALDA, ASEGURA QUE ESTÁ DISPUESTO A ENFRENTAR "A QUIEN SEA" EN LAS PASO.
Con varias apariciones públicas y la circulación de firmes versiones desde su entorno, el ex ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo dejó en claro esta semana que será precandidato a senador nacional para a enfrentar “a quien sea” en las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se realizarán el próximo 13 de agosto en el país y en particular en la provincia de Buenos Aires.
Un dato fue la confirmación de que el dirigente porteño Alberto Fernández será su jefe de campaña en territorio bonaerense, después de anunciar su alejamiento del Frente Rejuntador. Es extraño el rol que cumplirá Fernández porque en la ciudad de Buenos Aires propugna una alianza amplia, que incluye a todo el peronismo y al massismo, para enfrentar al macrifascismo como precandidato a diputado nacional, mientras que cruzando la General Paz trabaja para Randazzo que dejó trascender una y otra vez su oposición a una lista de unidad en el peronismo.
Luego de un largo descanso en un spa de la provincia de Entre Ríos, Randazzo comenzó una urgente carrera para sumar otros sectores a su espacio para compensar la pérdida de la mayoría de los intendentes del Grupo Esmeralda, que era su único respaldo territorial.
Uno de sus movimientos de la semana pasada fue la reunión que mantuvo en el Congreso con un grupo de diputados nacionales que respalda su postulación como Diego Bobossio y Oscar Romero, dirigente del SMATA.
En otros de sus movimientos semanales incorporó a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que comandan Antonio Caló y Francisco "Barba" Gutiérrez, y al ex director de la Agencia Recaudadora de Buenos Aires (ARBA), el cavallista Santiago Montoya.
Desde el mismo randazzismo aseguraron que “el Flaco tuvo que salir a dar la cara” tras las cumbres que cada vez recogen mayor adhesión para el sector que lideran la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el ex gobernador Daniel Scioli y el presidente del Partido Justicialista (PJ) provincial Fernando Espinoza.
Admiten que quedó raleado el apoyo territorial que representan los intendentes, ya que sólo quedan en su haber Eduardo "Bali" Bucca de Bolívar, Juan Zabaleta de Hurlingham y Gabriel Katopodis de General San Martín.
Voceros de intendentes del conurbano afirmaron que “somos cada día más” quienes buscan la unidad del peronismo con aliados para constituir “un gran frente electoral” con el fin de “enfrentar las políticas de ajuste de Macri”, al mismo tiempo que cuestionan “el empecinamiento de Randazzo por romper el peronismo”.
De todos modos, hay dirigentes de relieve en el peronismo bonaerense como el diputado provincial Juan José Mussi que aún mantienen la esperanza de acordar una lista de unidad.
“Es mucho mejor un buen acuerdo que una confrontación”, dijo el martes pasado, al terminar la cumbre en la sede porteña que el Frente Nacional Peronista posee en la calle Bolívar 448 del barrio de San Telmo.
Del cónclave no sólo participaron peronistas, porque hasta allí llegaron el presidente del Frente Grande a nivel nacional e intendente de Ensenada, Mario Secco, y sus pares de Marcos Paz, el ex radical Ricardo Curutchet, y el socialista de Zárate, Osvaldo Cáffaro.
Para Mussi, “estamos en el mejor momento respecto de la unidad. El martes tuvimos la reunión más importante después de 2015 con 36 intendentes presentes y otros 10 dando el apoyo”. En esa cumbre de intendentes y La Cámpora se definieron estrategias y dejaron en claro que están dispuestos a enfrentar a Randazzo.
En la agenda están previstas reuniones con sectores afines como Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella y el Movimiento Nacional Alfonsinista de Leopoldo Moreau con el propósito, aseguran, de armar “un gran frente electoral con vista a las PASO y las elecciones generales de octubre”.
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