ALARMADOS POR LOS ERRORES QUE YA IMPACTAN EN LAS ENCUESTAS, EN LA ALIANZA OFICIALISTA DE DERECHA PIDEN DARLE MÁS VOLUMEN POLÍTICO AL GABINETE.
La caída en las encuestas a pocos meses de las elecciones comenzó a impactar fuerte adentro de la alianza de derecha Cambiemos, cuya ala más política salió a pedir cambios de gabinete de manera pública en las últimas horas.
La primera que advirtió que había que cambiar el rumbo fue Elisa Carrió, la más explosiva de la coalición oficialista, quien enfureció e insultó en pleno recinto cuando se enteró que el régimen macrifascista quería bajar las jubilaciones. "Biblita" dijo que entonces que ya no se podían cometer más errores.
Los siempre más sujetados radicales armaron una cumbre en Villa Giardino para pedir cambios. En primer lugar, allí hubo reclamos para que se le preste atención a los radicales antes de tomar las decisiones y no cuando los temas ya estallaron en la opinión pública.
El economista Martín Tetaz dijo públicamente lo que otros radicales no se atrevían a decir en voz alta: pidió que Ernesto Sanz reemplace a Marcos Peña Braun Menéndez, un cambio de timón total que los radicales vienen mascullando desde hace un año.
El tercero en reclamar lo mismo fue Emilio Monzó, el más autocrítico del PRO, quien en una entrevista con el pasquín ultra oficialista Clarín sugirió sumar a Sanz al gabinete y dejar el marketing de lado para concentrarse en la gestión. Un mensaje con pocos destinatarios.
Monzó también pidió sumar a Martín Lousteau, una jugada que ya habían esgrimido desde el entorno de Rogelio Frigerio, para reducir riesgos en la Capital.
Tal como hace Monzó, Carrió destroza cuando puede a Jaime Durán Barba, el más optimista de los asesores de Macri. Lo que le da gasolina a estos reclamos del sector más político de Cambiemos, es el temor a una derrota gruesa en los comicios.
En el régimen reconocen que están un millón de votos abajo en la provincia de Buenos Aires. En Capital la alianza fascista Cambiemos corre el riesgo de que Lousteau vaya por afuera y les gane. En Córdoba no tienen candidato y asoma el fantasma José Manuel de la Chota y en Santa Fe no tienen candidato. Todos síntomas que alejan al macrifascismo del "empate técnico" o del "ganamos caminando" que Macri deslizó en España.
En el sector de jefatura de gabinete que rodea al presidente tienen un diagnóstico diametralmente opuesto al de los socios más políticos de la alianza gobernante.
Cerca de Macri dijeron que están conformes con el rumbo del régimen. "Aprobamos 70 leyes siendo minoría, eso demuestra que los que dicen que somos malos haciendo política están equivocados", sostuvieron cerca de Marcos Peña Braun Menéndez. Las fuentes aseguran que el "plan" es el que se ve y que "está funcionando", pese a las críticas internas.
"Vamos a generar 200 mil empleos en blanco, va a bajar la inflación y va a crecer la economía 3 puntos este año", se esperanzan en los despachos aledaños al de Macri.
La única autocrítica que hacen en el entorno del ex hijastro de Flavia Palmiero es que se han cometido "errores" como el del Correo y las jubilaciones, pero que eso se soluciona "estando más atentos".
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