EN SU PROPIO BLOQUE ACUSARON AL RIONEGRINO DE AYUDAR AL RÉGIMEN MACRIFASCISTA A CAJONEAR EL PROYECTO. HARTO, LOGRÓ UNA MOCIÓN PARA TRATARLO RÁPIDO.
Tras ser humillado por sus pares de bloque por no lograr que la reforma de Ganancias tuviera dictamen, Miguel Ánel Pichetto pateó el tablero y logró una moción de preferencia para tratar la semana que viene el proyecto y, de obtener mayoría, dejarlo listo para aprobarlo por mayoría simple.
El planteo sorprendió a los senadores oficialistas que creían saldado el asunto con el respaldo de gobernadores y ministros de Economía provinciales. No esperaban que Pichetto sufriera una rebelión que lo obligara a doblar la apuesta.
El jefe de la bancada mayoritaria sufrió una dura represalia de sus compañeros de bloque anteanoche, cuando le reprocharon que cuatro senadores propios -Juan Irrazabal, Carlos Espínola, Rodolfo Urtubey y Dalmacio Merano- no habían firmado el dictamen de Ganancias como vino de Diputados.
Urtubey y Merano son leales al gobernador de Salta, el principal opositor a la reforma de Ganancias de Diputados, y se comprometieron a presentar un dictamen de minoría que al menos valide el otro, porque sin un total de 9 firmas, ninguno se toma en cuenta. Los senadores del PJ entendían que sólo buscaba ganar tiempo.
Con su afán estadista, Pichetto intentaba poner calma con la promesa de la convocatoria amplia para debatir Ganancias, con gobernadores, sindicatos y legisladores. Decía que lo había hablado temprano con Rogelio Frigerio, pero mientras hacía esas promesas, el jefe de Gabiente, Marcos Peña Braun Mnéndez se paseaba por televisión informando mínimas reuniones de Gabinete.
Ayer a la mañana todo empeoró. Se cumplió el plazo para presentar dictámenes sin que ninguno de los cuatro ausentes presentara papeles y el único movimiento del régimen fue una conferencia de prensa de Peña Braun Mnéndez y Frigerio, en la que ni siquiera aventuraron una propuesta concreta (ver nota aparte en esta misma edición).
Pichetto convocó a su bloque “urgente” al 2º piso del palacio, donde como nunca fue destrozado por sus pares. “Esto lo armaste todo vos para que ayer (por el martes) no haya dictamen. Lo arreglaste ayer (por el martes) con Frigerio”, lo acusó a los gritos la chubutense Nancy González.
Más fuerte fue la discusión que tuvo con el neuquino Marcelo Fuentes, quien fuera su mano derecha hasta el año pasado. Fuentes se molestó tanto que se fue y tras él otros 14 senadores le hicieron el vacío en la sesión.
Antes le pidieron reemplazar en la Comisión de Presupuesto a Irrazabal y Espínola por José Mayans y José Alperovich, para de esa manera llegar con las 9 firmas. Faltaba que Mera y Urtubey cumplieron su promesa de presentar el suyo.
Los laderos del gobernador de Salta nunca presentaron nada pero pronto fue inocuo que lo hicieran porque Gabriela Michetti le aclaró a Pichetto que no aceptaría cambiar miembros de la Comisión a esta altura del año.
“Entonces tratémoslo sobre tablas”, le exigieron 14 senadores del PJ a Pichetto, quien, golpeado como pocas veces, prefirió una estrategia tal vez más fructífera, como garantizar el tratamiento la semana próxima, del proyecto de Ganancias consensuado por los "ultra opositores" Sergio Massa y Diego Bobossio.
Es decir que si el régimen tiene alguna propuesta deberá lograr una mayoría en el Senado que modifique el aprobado por la oposición de Diputados. “Igual, con las provincias mineras dispuestas a rechazarlo, no vamos a llegar a mayoría”, se lamentaban algunos peronistas.
Fue también un quiebre con el marido de Isabel Macedo, quien en esta pelea juega su interna con el vende humo Massa y creía tenerlo como su ladero predilecto.
En la alianza de derecha Cambiemos se sorprendieron. “El problema de Pichetto es que quiere reuniones multitudinarias y no se puede avanzar con todos juntos”, se lamentaban. Para ayudarlo, le prometían una reunión con todos los jefes de bloque el lunes, cuando, suponen, ya debería haber un arreglo con la CGT que afloje a su bloque.
Pichetto usó esa promesa para, esta vez en el recinto, pedir votar el proyecto con mayoría simple la semana próxima. "No podemos eludir un tema de una gran importancia política. Estamos esperando una propuesta seria, mejor que la del Ejecutivo, que tenga en cuenta a los trabajadores", señaló.
"Antes del miércoles que viene debe haber un consenso entre los trabajadores y gobernadores, ponemos esa fecha para que el Senado pueda tomar una decisión y Diputados llegue a aprobarlo antes de fin de año, con un gran consenso entre todos los bloque", continuó Pichetto.
El rionegrino propuso el tratamiento con despacho de comisión o sin despacho del proyecto con media sanción de Diputados "si no hubiera un camino alternativo ya trazado y definido que permita alentar las posibilidades concretas del acuerdo".
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