EVITARON EL CONTACTO DE LOS FUNCIONARIOS CON USUARIOS. EL SORETE DE ARANGUREN LLEVÓ UNA BARRA DE APLAUDIDORES.
La audiencia pública por el aumento del gas, donde Juan José Aranguren y empresarios defendieron el tarifazo, arrancó con una fuerte polémica por las fuertes restricciones que se aplicaron para el ingreso de expositores y de la prensa, limitaciones que no tuvo una nutrida barra de “aplaudidores”.
Preocupados por las protestas de sindicatos y partidos de izquierda, los organizadores dispusieron un enorme operativo de seguridad en los alrededores de la Usina del Arte, con un cerco policial a cinco cuadras a la redonda y el tránsito cortado en toda la zona. Ese cerco sólo lo podían superar los expositores, funcionarios autorizados y trabajadores de prensa autorizados.
Estos últimos y buena parte de los expositores (los que no representaban a las empresas) sufrieron fuertes demoras para ingresar, en parte por la falta de información de los efectivos policiales que no sabían especificar las entradas y también por los bloqueos de los manifestantes.
Ese fue el motivo, además del insólito corte de luz que demoró el inicio, por el que Aranguren habló frente a un auditorio semi vacío y donde sólo cosechó aplausos.
Los “aplaudidores” fueron uno de los datos insólitos de la jornada. Aranguren y los representantes de las empresas gasíferas tuvieron una barra que celebró (hasta la exageración en algunos casos) sus discursos, todos por supuesto a favor del tarifazo.
Además de la hinchada en el auditorio, los funcionarios y empresarios (con ingreso exclusivo por la calle Cafferata) tuvieron la ventaja de que la organización dispuso todo para que no tuvieran ningún contacto con la gente en el ingreso, ubicado a tres cuadras de distancia de donde lo hacían las organizaciones de consumidores y los usuarios autorizados a exponer, además de la prensa.
En tanto, varios expositores que habían hecho el trámite correspondiente ante el Enargas denunciaron que les impidieron entrar porque no aparecían en el listado final, algo que se repitió incluso con un funcionario importante del gobierno de La Pampa.
Las restricciones para ingresar generaron el único cruce fuerte de las tres primeras horas de audiencia. Un diputado de San Luis irrumpió a los gritos y despertó de la modorra que provocaron los discursos técnicos de los enviados de las empresas.
“Esto es una vergüenza, es una farsa total. No dejan a hablar a nadie”, gritó Juan Larrea, que aparentemente estaba en la lista de oradores, pero le faltaban varias horas. Los gritos del puntano obligaron al moderador Javier Corcuera a reclamarle “un ejemplo de civilidad”.
Lo mismo hizo la diputada nacional del Movimiento Evita, Araceli Ferreyra, que se quejó a los gritos de que "casi el 70 por ciento de los inscriptos quedó afuera".
"Es una vergüenza, no dejen hablar a todos", reclamó. Luego, explicó a la prensa que "hubo más de 1.000 acreditados" para el debate y sólo hay 373 expositores. También denunció que el 75 por ciento de las organizaciones que representan a los consumidores se quedaron sin lugar.
Otro dato que llamó la atención de la audiencia fue el faltazo del gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, el único mandatario provincial que tenía previsto poner el cuerpo para defender el tarifazo de Aranguren. El rionegrino argumentó problemas por el paro en Aerolíneas, aunque en su cuenta de Twitter se mostró sonriente junto a Guillermo Dietrich en Viedma. Según Corcuera, Weretilneck hablará en otro momento de la audiencia.
Problemas en las provincias
Los inconvenientes ocurridos en la sede central de la audiencia se repitieron en las sedes virtuales que habilitó el Enargas en ocho ciudades del interior del país.
El más grave ocurrió en el Concejo Deliberante de la ciudad de Neuquén, donde la audiencia virtual debió ser suspendida por incidentes registrados fuera del edificio. El gremio ATE denunció que la Policía Federal reprimió a trabajadores que quisieron ingresar al lugar. El ministerio de Energía indicó que se retomará el desarrollo "una vez normalizada la situación".
En tanto, el gobierno de La Pampa anunció que realizará una queja formal a la Casa Rosada por considerar que se le restringió la participación en la audiencia que se realiza en Santa Rosa, donde le impidieron el ingreso al asesor letrado Alejandro Gigena. Aparentemente el funcionario esta entre los expositores autorizados por Enargas, pero no lo dejaron entrar.
Media hora más tarde, Gigena regresó al lugar de la Audiencia Pública junto al Escribano General de Gobierno, Martín Elal, a dejar constancia de que no los dejaron pasar y llevó la documentación de la acreditación realizada en tiempo y forma, pero no le fue permitido el ingreso. En la puerta se presentó el diputado nacional Martín Maquieyra (de la alianza de derecha Cambiemos) quien dijo que para ENARGAS Gigena no estaba anotado y no podía pasar.
El escribano labró el acta correspondiente que luego utilizará el gobierno de La Pampa para hacer un reproche institucional al gobierno de la Nación por considerar que no los dejaron expresarse de la manera en que se habían preparado, según se anunció oficialmente.
También hubo denuncias de restricción en el acceso en Salta, Bahía Blanca, Córdoba y Rosario, donde los lugares para seguir las audiencias se vieron llamativamente con escasa participación.
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