LOS EMPRESARIOS ASEGURAN QUE, SI TRASLADARAN LOS AUMENTOS DE LOS SERVICIOS A LOS PRECIOS, PERDERÍAN UNA SIGNIFICATIVA CANTIDAD DE CLIENTES. ADEMÁS, SEÑALAN QUE LA OCUPACIÓN EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES ES DEL 30% DESDE DICIEMBRE.
Los empresarios hoteleros y gastronómicos manifestaron su preocupación por el impacto del tarifazo no solo en sus costos sino en el bolsillo de los turistas y clientes, además de la fuerte presión impositiva y el crecimiento de lo que denominan la "oferta informal", que derivó en que el sector, en la ciudad de Buenos Aires, atraviese "una grave crisis con niveles de ocupación de un 30% promedio desde fines de diciembre".
Según diversos relevamientos efectuados por empresarios y cámaras del sector, los principales problemas se centran en el aumento en los costos de proveedores, que llegaron a un acumulado del 30 por ciento en los primeros 4 meses del año, la proliferación de la oferta informal de plazas temporales para turistas y la gran presión tributaria.
La fuerte suba de las tarifas de los servicios, según estimaron, obligaría a los empresarios hoteleros y gastronómicos a absorber los aumentos, ya que si los trasladaran a precios perderían una gran afluencia de clientes. También se quejan de que en la ciudad de Buenos Aires deben pagar la recolección de su basura y la tasa del Ceamse, sin tener un descuento en el ABL, entre otros reclamos.
"Desde los últimos 10 años nuestras empresas deben competir en desigualdad total de condiciones con una oferta informal que supera las 600.000 plazas, que evaden más de 1.000 millones de dólares anuales y están excluyendo del sistema a más de 70.000 trabajadores", sostuvo el presidente de la Federación Hotelera y Gastronómica (FEHGRA), Roberto Brunello.
En cuanto a los impuestos, el Estudio Integral de la Carga Tributaria Argentina sobre el Sector de Restaurantes y Hoteles, elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), indicó que la recaudación tributaria consolidada representó en 2015 prácticamente un 37% del PBI, mientras que en 2002 apenas superaba el 18%. Según los empresarios, la carga tributaria argentina termina representando cerca del 40% del precio al consumidor de los servicios de restaurantes y hotelería.
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