EL EX SECRETARIO DE SEGURIDAD NO QUIERE CONDICIONES Y HARÁ SU PROPIO CAMINO EN LA LEGISLATURA.
Sergio Berni comenzó a tomarle el gusto a la Legislatura bonaerense. Luego de transitar los últimos años del kirchnerismo como secretario de Seguridad, en esta etapa nueva el ex teniente coronel no quiere recibir órdenes de nadie y por eso, analiza dejar el bloque del Frente para la Victoria y quedarse con un unibloque.
Ayer, a Berni se lo vio en una sugestiva foto con el diputado Manuel Mosca. Fue en una recorrida por Exaltación de la Cruz de la que también participó el kirchnerista Marcelo Torres.
"Es momento que bajemos un cambio y nos empecemos a reconciliar", dijo Mosca. El diputado -una de las espadas de Vidal en la Legislatura- fue el encargado de llevar al bloque de la alianza de derecha Cambiemos a los peronistas Mario Giaccobe y Hugo Oroño.
La foto generó revuelo en la Cámara Alta. Allí, el kirchnerismo se partió antes que María Eugenia Vidal asuma como gobernadora. Por un lado, quedó el peronismo con nueve senadores, y por otro La Cámpora con ocho.
Berni juega hasta ahora con este último grupo, pero no quiere responder a nadie. En esta nueva etapa, quiere un perfil propio y no acepta condicionantes, ni de la bancada peronista ni de La Cámpora.
La movida no cambia el balance de poder. Aunque debilita aún más al kirchenrismo duro, que quedaría con siete senadores, lejos de los 16 que hoy tiene Cambiemos.
En el kirchnerismo duro intentan contenerlo, pero el propio ex secretario de Seguridad les asegura que -aunque sin poder- tiene capacidad para “enloquecer” a los legisladores de oficialismo.
Ya lo hizo durante la última sesión cuando, rompiendo las lógicas del recinto, Berni pidió la palabra desde su banca luego de que el oficialista Roberto Costa cerrara las argumentaciones y pidiera que se avance en la votación de la emergencia en Infraestructura.
Berni aprovechó las dudas de Daniel Salvador en cuanto al manejo legislativo y se metió de lleno a hablar de los despidos en el territorio bonaerense. El oficialismo quedó desconcertado y el kirchnerismo se reía desde las bancas.
No contento con eso, también repartió chicanas a los massistas. “Me quiero dirigir al oficialismo, pero no sé si le tengo que hablar a Costa (jefe de los senadores de Cambiemos) o a Jorge D’Onofrio (presidente de la bancada massista)”, decía el ex militar son gestos de sorna.
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