FRANCISCO CREE QUE SE ESTÁ FOMENTANDO EL REVANCHISMO Y SOSPECHA QUE BUSCAN DESPRESTIGIARLO.
El Papa Francisco sigue muy enojado con Mugrizio Macri, a quien le dio una gélida recepción el 27 de febrero, cuando lo recibió sólo 22 minutos en la muy formal Biblioteca del Vaticano.
Según contaron fuentes con acceso al Vaticano, Francisco repite en cada reunión que no tolera tanto “revanchismo” del gobierno de Macri. “Esto no se veía desde 1955”, se alarma y se lo planteó Eduardo Murúa y Guillermo Robledo, referentes de los movimientos de fábricas recuperadas, cuando lo visitaron en el Vaticano pocos días antes de la llegada de Macri.
Además de su malestar por la detención de Milagro Sala, a quien le envió un rosario bendecido en solidaridad, Bergoglio no acepta los despidos masivos ni mucho menos los calificativos como “la grasa militante”, usado por Alfonso Prat el Gay para justificar esos despidos.
"El Papa está muy duro, dice que el de Macri es un gobierno neoliberal y se ofendió especialmente con las palabras de Prat EL Gay, que según su visión estuvo a centímetros de hablar de cabecitas negras", afirmó uno de los habituales interlocutores de Bergoglio para relacionarse con parte del peronismo.
Sin embargo, algunos de sus amigos más antiguos de la política, aquellos que han construido una relación de confianza con el Papa le sugieren que afloje. "Cada vez que se mete fuerte en la política argentina pierde, le pasó con las apuestas por Scioli, Julián Domínguez y hasta con Carlés para la Corte Suprema", recuerdan los que le aconsejan no involucrarse tanto en la política local.
Pero hasta ahora ese consejo no parece hacer mella enFrancisco. La brevedad de la reunión con Macri no fue azarosa: el Sumo Pontífice programó una reunión con el obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, sólo 30 minutos después de la hora prevista para el encuentro con el presidente, con quien estuvo a penas 22 minutos. Luego con monseñor Tissera se quedó el doble de tiempo.
Macri admitió en la entrevista que le hizo hace pocos días Luis Majul que el Papa se mostró preocupado por el "antikirchnerismo extremo" que se vive en la Argentina según su opinión. Bergoglio le pidió trabajar por la unidad de los argentinos -una promesa de campaña del actual Presidente- y terminar con la grieta, un pedido por ciento difícil de cumplir ante la aceleración de las investigaciones sobre funcionarios y empresarios cercanos al anterior gobierno.
Sin embargo, no es el único motivo de molestia. El Papa está convencido que desde un sector del entorno del ex hijastro de Flavia Palmiero buscan desprestigiarlo y quitarle predicamento en el país.
Fuentes que estuvieron hace poco con Bergoglio afirmaron que el Papa cree que uno de los ejecutores de esa supuesta campaña es el estratega presidencial Jaime Durán Barba, quien días atrás publicó en Perfil una nota ninguneando a Murúa, Robledo y el ex legislador porteño Gustavo Vera, arietes del Papa desde sus épocas de obispo porteño.
La otra pata de esta supuesta campaña de desprestigio, siempre según la mirada del Vaticano, se puede encontrar en la difusión de nuevas denuncias de curas pedófilos, una mancha espantosa de la Iglesia Católica, que el propio Francisco se encargó de investigar desde el Vaticano, en lugar de encubrirlo como hicieron algunos de sus antecesores.
“Van usar el furor de la película Primera Plana para remachar con las denuncias y no mencionan que el Papa promueve las investigaciones y el castigo de los pedófilos”, anticipan cerca de Bergoglio.
El film se basa en una rigurosa investigación periodística del diario Boston Globe sobre la violación masiva de menores por parte de unos 87 sacerdotes de Boston que fueron amparados por el obispo de esa ciudad. Sobre el final, la película culmina con una reseña de todos los casos del mundo. Uno es de Paraná y ya actuó la justicia.
Como sea, lo curioso es que Macri no haya apelado a gente de su fuerza que es amiga del Papa para mejorar la relación, como el ministro de Educación, Esteban Bullrich -a quien Francisco recibió muy sonriente 18 días antes de ver a Macri-; o el legislador porteño y musulmán Omar Abboud, que lo conoce desde las épocas del diálogo interreligioso y a quien llevó como invitado especial a su gira por Medio Oriente. Lo mismo que la legisladora Victoria Gómez Gorleri.
Ninguno de ellos formó parte de la comitiva que Macri llevó al Vaticano y prefirió rodearse de políticos con quienes el Papa no tiene mayor sintonía.
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