Denunciaron que el Gobierno de la Ciudad “no hizo ninguna obra de mantenimiento” en los ocho años de su gestión y advirtieron que debido al deterioro estructural que presenta el complejo podría ocurrir “lo mismo que pasó en Soldati".
Vecinos del conjunto habitacional Lugano 1 y 2 denunciaron ayer que el Gobierno de la Ciudad “no hizo ninguna obra de mantenimiento” en los ocho años de su gestión y advirtieron que debido al deterioro estructural que presenta el complejo podría ocurrir “lo mismo que pasó en Soldati”, en referencia a la caída de tres jóvenes desde un sexto piso por deficiencias en una baranda ocurrida el 4 de septiembre pasado.
El “abandono” al que hacen referencia los vecinos puede verse principalmente en las pasarelas que todos los edificios tienen en el primer piso, por donde se accede a las viviendas, una de las cuales está en claro peligro de derrumbe y ha sido apuntalada por el gobierno porteño con vigas de madera “hace tres meses”, según dijo una de las habitantes, Alejandra Luján.
“La pasarela es de concreto, no hace falta saber mucho para darse cuenta de que es un peligro sostenerla con vigas de madera. No queremos que pase lo mismo que pasó en Soldati”, remarcó otro de los vecinos, Maxi Sombra, en alusión a la caída en la que murió Cristian Crespo, de 17 años, y dos compañeros resultaron heridos de gravedad.
En el resto de las pasarelas, por las que los vecinos también circulan para ir a los comercios del primer piso, a otros edificios o para salir del complejo, se ven fisuras similares “que con el tiempo van a terminar como la que está apuntalada”, aseguró Sombra, quien explicó que las grietas se forman “donde se unen dos placas de concreto y se acumula el agua porque los desagotes están en muy mal estado”.
El complejo Lugano 1 y 2, ubicado en la comuna 8, incluye algunas estructuras que si bien están conectadas a los edificios son parte del espacio público, como las mencionadas pasarelas, las escaleras externas, los puentes que comunican a las construcciones entre sí y funcionan como pasos peatonales, o los montacargas, que están fuera de funcionamiento “hace más de 20 años”, según dijo Sombra. “Las personas discapacitadas no pueden salir, una silla de ruedas no entra en los ascensores, y los montacargas no funcionan”, añadió el vecino.
Este conjunto, construido en su mayoría entre 1970 y 1973 para empleados municipales, está conformado por 115 edificios con 54 departamentos cada uno, más 11 torres de 21 pisos con 132 departamentos cada una, donde “viven entre 30 y 35 mil personas”, estimó Sombra.
Los habitantes consultados también advirtieron que hay “mucho contraste” entre la parte interna del complejo y sus límites con las avenidas Cruz, Roca y Cafayate, donde se pueden ver “las paradas del Metrobús impecables, los contenedores de basura donde nadie los necesita, las dos plazas nuevas que hicieron en ocho años”, dijo Fernando Eiriz.
“Adentro ni siquiera pasa el barrendero, y hay un contenedor cada tres edificios, y en cada edificio hay 56 familias. La basura que no entra en los contenedores queda en el piso, a la noche se ven ratas, ya pedimos al Centro de Gestión y Participación (CGP) que vengan a desratizar pero no pasó nada”, agregó.
“Pagamos el Alumbrado Barrido y Limpieza (ABL) igual que todos, aunque vivamos en el sur tenemos los mismos derechos que los que viven en Recoleta o Palermo”, dijo por su parte Alejandra Luján.
“Hay una cooperativa del Gobierno de la Ciudad que debería hacer el mantenimiento básico de limpieza de la zona pero no lo hace, no sabemos por qué, a veces los vemos en el barrio, pero no trabajando”, agregó Sombra.
“Esto tiene que ver con la política de maquillaje del macrismo, que lo único que hizo fue pintar los puentes, que está bien, quedó muy lindo, pero no es la prioridad”, dijo a su turno Eiriz.
En cuanto a las dos plazas nuevas, otra vecina, Carolina Quintana, dijo que “una está inundada desde febrero porque se rompió el caño para regar el pasto. Estamos en septiembre y todavía no vinieron a arreglarlo”.
Según los vecinos, la dependencia del gobierno porteño que debe resolver estos inconvenientes es Espacio Público. Por otra parte, informaron que la torre 1 “nunca se terminó de construir” y que se empezó a habitar “cuando aún había luz de obra” y que debido a las filtraciones ocasionadas por la falta de terminaciones, “las paredes están electrificadas”.
Además, en la zona hay cinco escuelas a las que “los chicos tienen que llevar papel higiénico porque no hay, y también tenemos que mandar lavandina porque no tienen”, dijo Mariel Sandoval, otra habitante del complejo.
Los vecinos también mencionaron que “las dos salitas de salud” del complejo funcionan “de 8 a 15", pero que la guardia, que depende del hospital Santojanni “funciona muy mal, casi nunca hay pediatra ni las guardias traumatológica y ginecológica que deberían funcionar ahí”. Las salitas a las que hacen referencia son dos Centros de Salud y Acción Comunitaria (Cesac) del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
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