El candidato a diputado por la alianza Cambiemos cobró cursos para el Instituto Superior de la Carrera Administrativa. Fue la tercera institución con mayor facturación. Sólo en el primer año de funcionamiento, recibió 400 mil pesos, y ascendió a 451.000 en 2013. La responsable del Instituto era Karina Spalla, pareja del ministro Grindetti.
Aunque asegura que su relación comercial con el gobierno porteño se limitó a los servicios facturados por La Usina Producciones, el vínculo económico con el macrismo del candidato a diputado bonaerense de la alianza Cambiemos, Fernando Niembro, no empezó con la publicidad, sino con el negocio de la educación para los empleados públicos de la Ciudad. Esa es la tarea que asumió la Escuela de Ciencias Deportivas de Niembro, junto a Marcelo Araujo, cuando firmó una serie de convenios de capacitación con el Instituto Superior de la Carrera Administrativa (ISC), un ente público creado por ley en 2007, e implementado desde 2008 por el jefe de Gobierno, Mugrizio Macri apenas comenzó su primer mandato. La Escuela Superior de Ciencias Deportivas SRL brindó a los empleados capitalinos cursos de “Cronista General para Informáticos”, “Redacción Periodística”, “Producción de Medios Audiovisuales” y “Ofimática”.
Niembro legalmente cedió su participación de la empresa en 2011, pero cuando la escuela cerró sus puertas a principios de 2014, el comentarista deportivo se hizo cargo del cese de tareas. “No lo pudimos sostener más por problemas económicos. Fue un dolor muy grande pero preferimos terminar con todo en regla”, explicó al diario La Nazión en ese momento. Pero el historial de pagos que tuvo la escuela pone en duda la existencia de números rojos, porque a pesar de su cierre continúa facturándole contratos al estado porteño. “Se reproduce la misma matriz que en La Usina Producciones: Niembro contrata a testaferros para seguir cobrando dinero sin tener que hacerse cargo”, explicó el ex legislador Facundo Di Filippo, quien aportó nuevos datos sobre los negocios del candidato de Cambiemos.
El acta de creación del ISC data de enero de 2008, y dice que el organismo tiene el objeto de “proponer y ejecutar por sí o por terceros, la capacitación necesaria para el desarrollo del personal del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, así como atender a los requerimientos para el desarrollo de la carrera administrativa”. La creación del instituto fue producto de una larga negociación entre el gremio cegetista de los municipales porteños y la comuna. El ente acompañó la implementación de un nuevo escalafón de la carrera administrativa para los más de 400.000 empleados de la Ciudad, y quienes quisieran ascender por concurso, deberían pasar por el instituto. Uno de los terceros que ofreció la "capacitación necesaria" para los funcionarios estatales fue la Escuela de Ciencias Deportivas de Niembro y Araujo.
Sus primeros rastros surgen a partir de un minucioso informe de la Auditoria de la Ciudad de Buenos Aires, publicado en diciembre de 2010. El informe lleva el número 4.10.14, analiza los primeros años del ISC, releva los pocos cursos propios de la institución y estudia los convenios con otros organismos. "La selección de las Instituciones como los valores estipulados para el pago de estas contrataciones, son realizados de forma discrecional y sin ningún criterio", advierte el documento luego de ubicar a la Escuela de Niembro como una de las diez instituciones que firmaron convenios en el arranque del instituto, pero es la tercera en orden de facturación, luego de las universidades de La Matanza y de Buenos Aires.
Los auditores advirtieron que la Dirección General de Contaduría nunca les entregó los pagos finales pero hicieron una estimación a partir "cursos dictados, los importes pagados según los Informes de las Entidades contra las Certificaciones del Instituto y los importes pagados contra el Listado de Transacciones – SIGAF". De ese entrecruzamiento, los autores del informe concluyen que la escuela deportiva facturó $ 400.000 en el primer año de funcionamiento del organismo de formación para empleados públicos. “Al principio fueron cursos de periodismo, pero después empezaron otros: de pausa activa (hacer gimnasia durante los horarios de trabajo) o computación. Por eso tuvieron que empezar a tomar más gente porque no había nadie especializado”, comentó un ex profesor del instituto.
La escuela de Niembro y Araujo fue creada en 1993, pero recién recibió aval oficial del ministerio de Educación porteño el 10 de marzo de 2011, mediante la resolución 1441/MEGC/11. Para entonces la escuela deportiva ya llevaba 3 años como proveedora del ISC, es decir que facturaba cursos para la carrera administrativa porteña, pero no tenía ningún reconocimiento oficial.
Luego de recibir el espaldarazo del ministro Esteban Bullrich, la escuela de Niembro registró un repunte de facturaciones de parte del ISC. El informe de la auditoria solo abarca el año 2009 del Instituto de la Carrera, pero el Sistema Integrado de Gestion Administrativa y Financiera (SIGAF) del gobierno porteño, revela que la escuela de Niembro facturó 50.000 pesos en cursos durante 2012, sumó otros 451.500 en 2013 y cargó 513.490 en 2014, aunque el propio periodista y empresario tuvo que anunciar en enero de ese mismo año que su escuela no seguiría funcionando.
“Para brindar las capacitaciones hace falta tener una escuela, no se pueden brindar esos cursos sin un instituto educativo”, explicó el ex profesor que pidió mantener su nombre bajo reserva y que no entiende cómo a pesar de cerrar sus puertas, la Escuela Superior de Ciencias Deportivas SRL continuó su vínculo con la Ciudad y facturó $ 376.000 en 2015. “No sé si es ilegal lo que hacían, pero ético no era”, agregó la fuente en referencia a los cursos que dictaba la escuela a los empleados porteños. Aunque dejó de existir formalmente, sigue apareciendo como proveedora en el SIGAF y si bien no está clara la forma en que Niembro se desprendió de su parte, lo cierto es que cedió su participación en el fideicomiso que administraba la escuela a Nélida María Silva.
Toda la negociación de la administración PRO para implementar el flamante instituto de la carrera con acuerdo del gremio estuvo en manos de un hombre de mucha confianza de Macri: Néstor Grindetti, ex gerente de SOCMA, reconocido por su padre Franco y también porel omnisciente amigo del alcalde Nicolás Caputo. Grindetti no dejó nada al azar y nombró a su consorte Karina Spalla como titular del organismo de capacitación para empleados públicos. Spalla actualmente es legisladora porteña y en esos años fue, bajo la tutela de Grindetti, la primera puerta de ingreso para Niembro dentro del selecto club de proveedores del gobierno porteño.
La vinculación advertida en 2009 por la Auditoría transformó el ISC en el primer cliente estatal de Niembro, antes de la creación de La Usina Producciones, que comenzaría a facturar millones cuando los cursos de su escuela ya transitaban el tercer año de facturaciones por ofrecer cursos que iban desde inglés, ofimática y redacción para informáticos. De todas formas en su sitio de internet la escuela sigue funcionando “a partir de una alianza estratégica” con otro instituto. Niembro aparece como director de la carrera de periodismo deportivo.
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