La semana pasada, varios encuestadores llegaron a una misma conclusión: el escenario que arrojan los sondeos es idéntico al que mostraron las primarias. Pero detectaron dos sectores donde el FPV podría agrandar la diferencia.
Han pasado 22 días desde que se celebraron las PASO nacionales. El escenario político, en términos electorales, parece haber quedado congelado, como si alguien hubiese apretado el botón de pausa mientras miraba una película. Es lo que indica la mayoría de las encuestas que se han cerrado en estos días y que casi ningún consultor quiere publicar. Los partidos políticos también prefieren, por ahora, mantener los números encajonados.
La semana pasada circularon tres mediciones diferentes, cuyas fuentes no se pueden revelar, que muestran un escenario similar de intención de voto para el 25 de octubre. Un elemento a tener en cuenta, que podría dar una sorpresa leve, es la porción del electorado que no fue a las urnas. Comparativamente, en las PASO 2015 participó casi un 8% menos del padrón que en las de 2011. En un panorama en el que dos o tres puntos pueden definir la elección en primera vuelta, las inclinaciones de este sector serán claves.
Los números
Los tres encuestadores que hablaron y pidieron no ser mencionados, tienen mediciones nacionales recientes. Cabe recordar que, en las internas abiertas del 9 de agosto, la mayoría de las consultoras tuvieron la oportunidad de redimirse, habían anticipado con bastante precisión el resultado. Los números, en concreto, no han cambiado demasiado en estas tres semanas.
Daniel Scioli, candidato del FPV, oscila entre el 39 y el 41% de intención de voto. La cifra contiene un elemento central. La ley electoral pone un piso mínimo de 40 puntos para ganar en primera vuelta. Luego, si el candidato queda por debajo de 45, tiene que sacarle 10 de diferencia al segundo para alzarse con el triunfo. Pero si no se llega al 40 no importa la distancia, no gana. Scioli, con el 38,4, había quedado muy cerca de ese piso en el escrutinio provisorio de las PASO y, según fuentes de la Dirección Nacional Electoral, en el conteo definitivo quedará aun más cerca. Esto es lo que confirman las nuevas mediciones. Con eso no alcanza para el triunfo el 25 de octubre, pero es una condición inexorable.
El principal candidato de la oposición, Mugrizio Macri, ronda entre el 30 y 32 % de intención de voto. El dato responde una de las incógnitas que habían arrojado las Primarias. El ex hijastro de Flavia Palmiero, como candidato, había sacado algo más del 24% de los sufragios. La alianza Cambiemos, que reúne al jefe porteño con la UCR y la Coalición Cínica, había conseguido el 30 en total. A esa cifra llegó por el aporte al caudal de la coalición que brindaron las candidaturas de Ernesto Sanz y Elisa Carrió. Los nuevos números indican algo que era esperable: el alcalde de la Ciudad contiene a los votantes que en las internas abiertas del frente opositor respaldaron a Lilita y al senador radical.
No es igual la situación de Sergio Massa. El vende humo, según los sondeos, ronda entre 16 y 17 puntos. Es decir que no estaría, por ahora, conteniendo al 20% de los votantes que habían optado por su frente UNA, al que el "Gallego" José Manuel De la Chota le había aportado seis puntos. Quienes optaron por el cordobés el pasado nueve de agosto no están respaldando monolíticamente a Massa y han hecho crecer la cifra de los indecisos.
Los que faltaron
Además de los indecisos, que según dos de las tres mediciones crecieron al 10%, otro caudal que conviene tener en cuenta son los ausentes. Tomando las cifras globales, comparando las Primarias de 2015 con las de 2011, el pasado 9 de agosto hubo un 8% menos de participación. Hace cuatro años votó el 81,4% del padrón y ahora el 73,11. Uno de los consultores que habló con este diario sostuvo que en esa porción del electorado que no fue a las urnas en esta ocasión hay más simpatizantes del FPV que de las fuerzas opositoras.
¿Por qué? Porque el ausentismo fue fuerte en provincias y municipios en los que el peronismo tiene un alto respaldo y donde, de hecho, ganó. En La Rioja, por caso, en las PASO nacionales participó el 66% del padrón y Salta un 65. Ambas provincias se ubicaron unos siete puntos por debajo del promedio de participación nacional y casi 10, por debajo, de la convocatoria que hubo hace cuatro años en esos mismos territorios. Como suele pasar con las provincias del norte, cada una por su cuenta tiene un peso electoral leve, pero cuando se las suma, la situación cambia.
Si el escenario no varía, ningún movimiento dará una sorpresa impactante el próximo 25 de octubre. Sin embargo, la distancia entre Scioli y Macri, con el bonaerense a la cabeza, es hasta ahora de un 8 por ciento. Por ende, si el candidato del FPV estira esa diferencia tres puntos más ganaría en primera vuelta. Como se dijo, todo porcentaje en apariencia pequeño puede producir un gran cambio en el resultado final.
Escrutinio
Las autoridades electorales esperan tener entre hoy y mañana el resultado del escrutinio definitivo de las PASO del 9 de agosto.
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