El canciller firmó que la decisión de Gran Bretaña de reforzar militarmente las islas Malvinas "es continuación de su política de apostar al armamentismo y belicismo" mientras que la Argentina "se apega al derecho a las resoluciones de las Naciones Unidas".
"Inglaterra se niega al diálogo bilateral, a discutir en foros internacionales y a cumplir con las resoluciones de Naciones Unidas", sostuvo ayer a la mañana el canciller frente a la decisión del gobierno británico de reforzar el despliegue militar en las Islas Malvinas ante un hipotético ataque por parte de la Argentina.
En ese sentido, señaló que la medida "es una provocación no sólo para la Argentina sino también un insulto para las Naciones Unidas, que le reclama que acepte negociar".
Timerman reiteró que en la Argentina "apostamos al diálogo y al derecho internacional" y adelantó que el gobierno presentará la denuncia ante el Comité de Colonización de Naciones Unidas para "seguir demostrando que América Latina y el Caribe han decidido ser una zona de paz".
"Argentina no tiene hipótesis de conflicto con ningún país del mundo mientras que Gran Bretaña está continuamente en estado de guerra en algún lugar del mundo", aseguró el ministro de Relaciones Exteriores en declaraciones radiales.
Asimismo, señaló que que la decisión del gobierno británico tiene como fin "que la industria armamentista se vea beneficiada" y también "para justificar una política agresiva de parte del primer ministro Cameron, que apela a un público muy conservador".
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