La clausura no fue informada ni en el Boletín ni en la web oficial. De haberlo hecho, se deberían haber dado de baja los contratos que el gobierno de la ciudad tiene con la empresa de gestión y custodia de archivos.
La Agencia Gubernamental de Control (AGC) de la ciudad de Buenos Aires clausuró la semana pasada un depósito de Iron Mountain en el barrio de Parque Patricios por deficiencias estructurales, tal como debió haberlo hecho con el galpón de la misma empresa en Barracas, en cuyo incendio de febrero de 2014, declarado intencional por la Policía Federal, murieron 10 bomberos.
Esas mismas razones estructurales fueron las que motivaron el pedido de clausura del depósito de Iron Mountain en el barrio de La Boca, que demoró casi un año en ser atendido por las autoridades porteñas, dándole la posibilidad a la empresa de vaciarlo y evitar el cierre.
El depósito, ubicado en la avenida Amancio Alcorta 2396, fue clausurado el 17 de marzo último por disposición de la Dirección General de Fiscalización y Control de la AGC, según consta en las fajas de clausura dispuestas en el frente del depósito y también en un sector interno del mismo, según aseguraron fuentes calificadas.
Sin embargo, la administración de Mugrizio Macri no publicó la disposición de clausura (la número 655 según se lee en las mencionadas fajas) en el Boletín Oficial y tampoco dio cuenta del episodio en la página web del gobierno porteño.
Es que de haberlo hecho, también debería haber dado de baja los contratos que tiene con Iron Mountain, proveedora de servicios del gobierno porteño, y al mismo tiempo tendría que demandar a la firma por daños y perjuicios, ante la caída de la relación contractual.
En este sentido, el inspector de la subsecretaría de Trabajo porteña Edgardo Castro alertó que se trata de "una clausura trucha, porque pueden seguir entrando personas y vehículos, y siguen trabajando”.
A su criterio este cierre provisorio “es una ficción por parte de la Agencia Gubernamental de Control, que es la que da la habilitación para que funcione un depósito como este, para cubrirse las espaldas” y añadió que “también la Secretaría de Trabajo debería intervenir” en el caso.
Sin embargo, explicó que “en este momento nadie quiere hacerse cargo de una situación como esta”, y lo adjudicó a que “está el Ministerio de Desarrollo Económico, en medio de todo esto”.
El subsecretario de Inversiones porteño, Carlos Pirovano, quien entre 1994 y 2007 ocupó diversos cargos en el banco HSBC, fue el ideólogo del plan que otorgó exenciones impositivas a Iron Mountain.
Su jefe, el ministro de Desarrollo Económico, Francisco Cabrera, también fue ejecutivo del HSBC, banco con archivos depositados en Barracas, perdidos durante el incendio, en cajas que llevaban denominaciones como "lavado de dinero".
Cabrera, asimismo, es el jefe de los inspectores que fiscalizaron el galpón de Iron Mountain, años antes del incendio, y solicitaron su clausura, siendo que el acta se extravió junto con decenas de miles de expedientes, según aseguró el ex director general de Protección del Trabajo del gobierno porteño Angel Rodríguez, en una cámara oculta difundida hace unas semanas.
Por su parte, Castro advirtió que “los trabajadores de Parque Patricios fueron trasladados a otro depósito que Iron Mountain tiene en Villa Lugano, con las mismas deficiencias estructurales que los de Barracas y La Boca”.
“En Lugano hay una sobresaturación no solo de gente, sino también de papeles, porque los archivos que estaban en La Boca, donde vaciaron el lugar, fueron a parar a Lugano, igual que los trabajadores de ese galpón. Ahora Lugano está peor que antes, en cuanto a riesgo de un nuevo siniestro, y que haya que lamentar nuevas muertes”, alertó el inspector porteño.
Según Castro, “si hay una planta que clausurar en forma urgente, es la de Lugano” y remarcó que “sin embargo, hicieron primero lo de La Boca, porque habían vaciado el edificio, y después lo de Parque Patricios, porque ahí tienen menos dificultades, en realidad, y la pueden levantar más rápido”.
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