El golpe Nisman

Editorial - Por Soledad Sganga

El viernes, antes de las 16 horas se me vinieron a la cabeza algunas reflexiones. Esta aclaración es fundamental ya que para esa hora desconocía la decisión del fiscal Pollicita de imputar a la Presidenta.

Si tomamos un mapa y tenemos en cuenta algunas fechas, veremos claramente que en la década de los 60-70 América Latina fue víctima del llamado Plan Cóndor. Vinieron del norte bajando por nuestro continente, imponiendo a su paso dictaduras cívico militares en diferentes países. En el caso de nuestra América de Sur, y más específicamente nuestro país, fue poco a poco rodeado. Una cuestión estratégica. En Paraguay, ya Stroessner en 1954, Brasil en 1964, Bolivia en 1964, Uruguay y Chile en 1973, para que luego en 1976 se implante en Argentina. Dicho plan fue llevado a cabo por grupos que habían sido preparados y entrenados en la Escuela de las Américas.

Desde hace tiempo ya, vemos como diferentes maniobras tienden a desestabilizar a los gobiernos democráticamente elegidos por sus propios pueblos. Los casos más resonantes para quien escribe son Venezuela y Argentina, haciendo mención también a Bolivia y Ecuador.

En el caso de Venezuela, el enfrentamiento y la desestabilización viene desde hace décadas, una vez instalada la Revolución Bolivariana encabezada por Hugo Chavez, y ahora en su ausencia por Nicolás Maduro quien en los últimos días ha desaticulado una vez más otro intento de golpe de estado que involucra a agentes estadounidenses.

En nuestro país, grupos económicos y financieros, internos y externos, a comienzos del 2014 atacaron con una corrida bancaria que obligó a una devaluación, y durante el transcurso del año pasado una intensa puja con los fondos buitres y la sentencia de un juez municipal, sin jurisdicción obviamente en la legislación argentina, que realiza su dictamen gracias a la presión de los fondos buitres, que vale y mucho la salvedad, uno de los fondos, cuenta con la “extraña” relación con Laura Alonso. Pero por esto nadie se ha rasgado las vestiduras.

Ya en el 2015, nos encontramos con otro intento desesetabilizador en el cual ya entran a jugar otros factores. Una interna de las distintas inteligencias. La ex Side, y los agentes que respondían a los requerimientos de la Embajada de Estados Unidos e Israel. Y no solo agentes, sino también dirigentes políticos como Sergio Massa, Patricia Bullrich, la misma Laura Alonso. Y fiscales como Alberto Nisman.

El fiscal regresó antes de sus vacaciones y en plena feria judicial, presentó una denuncia que acusa a la Presidenta de la Nación, al Canciller, al diputado Andrés Larroque y a los dirigentes sociales Luis D’Elia y Esteche, de encubrimiento a través del Memorandum de Entendimiento con Irán. La jueza Servini de Cubria dictaminó que la denuncia y las pruebas que deberían sustentarla no ameritaban la apertura de la feria judicial.

Una denuncia presentada también en un contexto particular. Es decir, que se realiza ante el comienzo del juicio por encubrimiento, juicio que tiene entre sus acusados al juez de la causa Amia desde el comienzo, allá por 1992.

Días después Nisman aparece muerto en su departamento. A casi un mes, hemos escuchado mentiras, especulaciones, tergiversaciones y una flagrante utilización política y mediática de la muerte. Obviamente también impulsada por los grupos de poder que se esconden detrás de periodistas y políticos autodefinidos como opositores e independientes. Un mes instalando en la opinión pública falsas teorías y profecías, respondiendo fielmente a sus poderosos jefes.

Intentaron y de hecho en cierta parte de la sociedad, instalar la teoría del asesinato por encargo por parte del gobierno en venganza por la denuncia que iba a presentar. Rechazada en feria judicial, pero aceptada en los estudios de televisión del lugar en el cual no solo Nisman sino muchos se sienten cómodos como en casa.

Ahora el 18 de febrero fiscales marcharan en pedido de justicia. Algunos dicen que es por pedido de la gente. Días atrás se conoció que la denuncia que Marijuan había realizado en 2013 por amenazas, puede caer, ya que existen pruebas que esas amenazas fueron provocadas e ideadas por el propio denunciante.

Ojalá esos mismos que ahora dicen “todos somos Nisman” o que marcharán en pedido de justicia, lo hubieran hecho cuando desapareció Julio López, Luciano Arruga, Ismael Sosa, en manos de la policía, la voladura de la Embajada de Israel, La voladura de la Amia, el atentado al hijo de un presidente, encubierto por su propio padre, Kosteki, Santillán, y muchísimas víctimas más por las cuales no han salido a pisar la calle.

La guerra de las distintas inteligencias y un intento de golpe blando es lo que se esta desarrollando. Una combinación astuta, salvo por la inoperancia de los que están encargados de llevarla adelante. Los ciegos opositores y los profetas del Apocalípsis no creo que estén cumpliendo con la eficiencia pretendida sus tareas.

Ya no escuchamos las botas, ya no sirve instaurar una dictadura. Ahora las presiones vienen con especulaciones financieras, con nuevas tecnologías, con agentes funcionales internos, con la generación de guerras civiles. La creación de células terroristas como lo es el Estado Islámico, creado, entrenado y financiado por Estados Unidos, para que actúen en distintos países, con una pseudo autonomía, pero que en realidad son el brazo armado de los servicios de inteligencia que ya no quieren ni les conviene mancharse las manos con sangre. La guerra civil es un método eficaz para desestabilizar y quedar limpios. Extrañas muertes, extraños atentados en París. La comunidad internacional unida en marchas por la paz, mientras Medio Oriente esta bajo amenaza y fuego permanente por las mismas tropas de aquellos que marchan por la paz.

La ignorancia, el engaño, la hipocresía y la hábil manipulación del lenguaje están a la orden del día. Sólo queda hacer que uchos pongan en funcionamiento un mínimo de razonamiento y comience a atar algunos cabos y se dará cuenta que, si bien las acciones han cambiado a lo largo del tiempo, los objetivos y las metodologías son las mismas que utilizaron con el Plan Cóndor.