El ministro de Economía se manifestó así al hablar ayer en la 62ª Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción; y defendió las políticas públicas “aunque sean heterodoxas y no les gusten a los mercados”.
“Aunque esas políticas les obliguen a los bancos a prestar al sector productivo y digan que eso genera incertidumbre, son las que permiten una estabilidad en términos de creación y sostenimiento del empleo, aún en momentos de enorme adversidad internacional”, dijo Kicillof en la 62ª Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción.
El jefe del Palacio de Hacienda añadió que “para seguir creciendo el Estado tiene que seguir invirtiendo en infraestructura, vialidad, puertos y obra pública, porque falta mucho para devolverle la deuda social de los que se quedaron sin empleo, sin vivienda y sin perspectivas y sin futuro”.
Kicillof justificó luego su respaldo al sector de la construcción: “quienes saben, porque conocen cómo se mueve la rueda, entienden que no es para privilegiar empresas, sectores o sindicatos, sino porque tenemos una preocupación por la actividad económica”.
Asimismo, contrastó los niveles de inversión pública y privada de los últimos años con los del último decenio del siglo anterior, cuando esa variable “caía al 3% anual acumulativo porque no había actividad económica”.
En ese marco, subrayó que “los permisos de construcción, aún en años de no tanto crecimiento, están por encima en un 43% de los mejores años de la convertibilidad”.
También señaló que el Estado es "consciente de que tiene que dar señales y direccionar el proceso de inversión hacia la construcción" y agregó que "por eso batimos récords en cemento y acero, porque sabemos la importancia del sector y eso no se da con cualquier concepción de la economía”.
“Cuando se cae la exportación, porque desde afuera no compran, la inversión en ladrillos, cemento, fierros, rutas, es un instrumento de corto plazo, porque da la demanda que genera empleo y no es una producción de corto plazo, es durable y genera mayor potencialidad de crecimiento e inserción en la economía mundial”, resaltó.
El ministro insistió en que hay dos concepciones que guían la actitud del Estado hacia el sector y contrapuso las políticas gubernamentales con las concepciones neoliberales, que preferirían la ausencia estatal no sólo en la economía sino también en la salud, la educación y otras áreas, al tiempo que remarcó las dificultades que vive el mundo y citó al Fondo Monetario Internacional, según el cual la economía global atraviesa un período de “mediocridad”.
“La crisis no terminó, pese al salvataje de los bancos, mediante la compra de títulos basura por parte de los Estados y una emisión monetaria que cuadruplicó la base monetaria en los últimos años en Estados Unidos y la quintuplicó en Inglaterra”, dijo el ministro.
Lo novedoso, añadió, es que en la reciente reunión del Grupo de los 20 en Australia empezó a hablarse de la necesidad de inversión en infraestructura, ya que “hubo un baño de dinero, la tasa de interés a la que prestan los bancos es muy baja, pero el hecho de que haya mucho ahorro y baja tasa no asegura que aparezca la inversión”.
“Esta es la posición argentina desde 2008. No es que convencimos a estos importantes referentes de la economía internacional, sino que las recetas que se aplicaron, fracasaron. Y ahora se habla de estímulos a la demanda agregada”, afirmó.
Tras recordar las salidas keynesianas a la crisis de 1930, Kicillof dijo que se ve “un punto de inflexión respecto al tratamiento de la crisis: no es sólo la política monetaria y el salvataje financiero lo que va a sacar al mundo de la recesión, sino Estados más activos a través de inversión en infraestructura, que rara vez parten de iniciativas privadas”.
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