Jorge Capitanich, Julián Álvarez y Aníbal Fernández rechazaron el método utilizado por los militantes de Quebracho. "Pero esto no significa desconocer lo nocivo de las políticas de Cavallo y el daño que ocasionó", aclaró Álvarez.
Tras el escrache a puro huevazo contra el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, funcionarios del Gobierno nacional rechazaron el método utilizado por los militantes de Quebracho, aunque recordaron el daño que las políticas del neoliberalismo le ocasionaron al país.
"Independientemente de las diferencias ideológicas, nosotros consideramos que es necesario mantener el respeto por las ideas", afirmó ayer el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en su habitual conferencia de prensa
"Advertimos que expresiones de esta naturaleza no ayudan a una democracia que tiene que ser plural, abierta y participativa, independientemente de las expresiones que cada uno tenga", agregó.
En el mismo sentido se manifestó el senador Aníbal Fernández, que consideró que la agresión el pelado hijo de puta es "una estupidez sin sentido".
"Yo podría debatir un día entero, pero nunca agraviar desde lo físico", aseguró Aníbal y bromeó: "él tiene unos años más que yo y no estamos para andar metiéndonos abajo de la mesa de ninguna manera".
Por su parte, el secretario de Justicia, Julián Álvarez, sostuvo en declaraciones radiales que "no estoy de acuerdo con un repudio de estas características, pero esto no significa desconocer lo nocivo de las políticas de Cavallo. Los argentinos tienen muy claro el daño que ocasionó".
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