Las implicancias del conflicto con los buitres en el día a día. Más allá de que se avance en un acuerdo o no, los economistas coinciden en que el cuadro económico se mantendrá porque el país no tiene dependencia del financiamiento, pero destacaron la necesidad de revitalizar el crecimiento.
Desde los diferentes costados del crisol ideológico de la economía argentina opinan lo mismo: haya o no acuerdo con los holdouts, la situación macro no sufrirá demasiados cambios. Tanto desde el costado del crecimiento como desde las inversiones o el tipo de cambio, la reacción de los actores en pugna no se modificaría demasiado ante el default parcial y la seguridad de que la Argentina tiene la voluntad de continuar el pago a todos los acreedores del canje.
"Una falta de acuerdo no sería el mejor de los mundos, pero no sería una situación para desesperarse. La decisión de inversión no va a tener como variable decisiva cuestiones como esta y va a seguir teniendo el retorno como principal razón para avanzar o no", indicó el economista Héctor Valle.
Frente a esto, sostuvo que "obviamente, la situación del país es de desaceleración económica" y que en este contexto una falta de acuerdo con los buitres podría poner presión sobre el tipo de cambio y despertar algunas expectativas, "pero no modificará la tendencia inflacionaria en descenso".
"Tampoco hay que ignorar el hecho de que nuestra situación de endeudamiento sólo alcanza el 40% del PBI y nada es igual a cuando se cayó en default en 2001. No hay dependencia del financiamiento externo y está disponible el swap con China para defender la posición de reservas y bajar el saldo negativo del comercio exterior", agregó Valle.
En tanto, ante la idea de que se cierre la negociación de forma positiva, indicó que "no habría cambios significativos" y que lo que se vería sería "un impacto a mediano o largo plazo en el mercado y en la posibilidad de avanzar hacia la toma de deuda en el exterior para cubrir alguna brecha circunstancial sin entrar en un circuito de sobreenduamiento".
Por su parte, Ramiro Castiñeira, economista de Econométrica, sostuvo que el escenario base es el que manejó el mercado hasta el viernes y que eso haría que los mercados se abran a la Argentina, que saldría del default y podría volver a ser cliente del crédito externo. "El riesgo es que la política argentina siempre se va a los extremos y el próximo gobierno se podría enviciar con la toma de financiamiento", indicó.
Además, subrayó que la otra posibilidad –de default– profundizaría "el escenario recesivo base pero sin llegar a ser algo como 2001 ni nada por el estilo" y que eso implicaría que "las inversiones caigan con más fuerza".
"En el día a día, el impacto para un lado o para el otro no se va a sentir en forma muy simple y las personas no van a notar mucha diferencia. Vamos a tener el nivel de actividad que es producto de un proceso recesivo de la economía y de cualquier forma hay que tener mucho cuidado con el empleo y con lo que es concerniente a cómo hacer para mantener el nivel de reservas. Son temas a monitorear de cerca", planteó por su parte Enrique Dentice, economista de la Universidad de San Martín.
También indicó que, "en ese sentido, tanto (el ministro de Economía, Axel) Kicillof como (el titular del Banco Central, Juan Carlos) Fábrega, van a tratar de mantener quieta y firme la situación macro que se está viviendo", por lo que "hay que desdramatizar un poco, ya que lo que pase no depende de lo que el gobierno pueda decir o dejar de decir en los tribunales, ya que está haciendo lo que debe de forma prudente y no puede arriesgarse de más".
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