La alianza integrada entre otros por la UCR, el socialismo y la CC prepara una declaración de principios que seduzca al electorado opositor, tras los coqueteos de Carrió con Macri. Será presentada el 22 de abril
Ciertos detalles del evento fueron contados por miembros de la mesa de negociación, integrada por 16 dirigentes, dos por cada partido. La voz cantante en el acto la tendrán los presidentes de cada fuerza, un gesto acorde con el pregonado carácter "institucional" de la coalición, que intenta presentarse como una apuesta que trasciende la coyuntura electoral. Hablarán Ernesto Sanz, por la UCR, Duermes Binner, por el socialismo, Margarita Stolbizer, por el GEN, Pablo Javkin, por la Coalición Cínica, entre otros. Circula también la idea de que no haya discursos, de que cada uno de estos referentes lea un fragmento del acta-acuerdo que se presentará.
Otro elemento que se está intentado pulir es de qué modo aparece la coalición ante la opinión pública. El debate disparado la semana pasada por los guiños que Elisa Carrió le envió a Mugrizio Macri, insinuando la posibilidad de sumarlo al armado, no pasó desapercibido. Los miembros de la mesa de negociación recomendaron a todos los partidos, dentro de lo posible, evitar declaraciones altisonantes que terminen mostrando fisuras demasiado grandes. "Sabemos que pedirle moderación a Lilita es casi imposible", confesaba uno de los negociadores, que al mismo tiempo justificó a Carrió: "Ella apuesta al electorado macrista y no al PRO".
Las fuerzas que habitarán bajo el paraguas de la nueva coalición son casi las mismas que confluyeron en el Acuerdo Cívico y Social (ACyS) que se forjó para las elecciones de 2009 y que se quebró pocas semanas después de la votación. ¿Qué diferencias hay entre aquel ACyS y el presente?
Las figuras de mayor peso no son las mismas. En 2009 era Carrió quien lideraba a nivel nacional. Hoy ese lugar lo ocupan Binner, Julio Cobos, Sanz y, en alguna medida, Fernando Pino Solanas. Sin embargo, la diferencia fundamental no está en los nombres sino en un instrumento político que la "familia radical" le debe al kirchnerismo: las PASO. Varios de los partidos del frente son desprendimientos de la UCR, como el GEN de Margarita Stolbizer. Ella –Margarita– se fue del partido centenario dando un portazo y denunciando que la vieja estructura dirigencial no les permitía crecer a los nuevos referentes. Por esto es que las Primarias Abiertas son la clave de que aquellas ramas que se desprendieron acepten volver a convivir con el tronco original. Ahora no serán los delegados del partido los que decidan el lugar de cada referente sino el voto popular. También las PASO explican que Cobos no haya armado un conflicto mayor luego de no haber logrado el respaldo de sus correligionarios para ser presidente del bloque de diputados. En otro contexto, el mendocino –a quien varios boinas blancas miran con desconfianza por haberse ido del partido y luego vuelto– habría insinuado una ruptura. Hoy apuesta a ganar las primarias y ser el candidato presidencial de la coalición.
El peso de las internas abiertas es tan grande en el frente que su utilización para definir las candidaturas estará incluida en el acta fundacional, algo que no fue sencillo conseguir. La mayor resistencia la ponía Binner. El líder del socialismo apostaba, a principios de este año, a conseguir una fórmula de consenso. Su estrategia fue tratar de sumar dirigentes radicales que apoyaran su postulación. Con ese norte se reunió con Ricardo Colombi, (gobernador radical de Corrientes), con Ramón Mestre (intendente de Córdoba), por señalar algunos nombres. Pero finalmente tuvo aceptar las primarias porque sus socios políticos no estaban dispuestos a negociar ese punto. De hecho, esa fue la prenda de unidad.
Hay algunos interrogantes inevitables sobre lo que sucederá luego del lanzamiento. Algunos negociadores señalaron que los presidentes de los partidos tendrán más protagonismo; otros, en este caso del GEN, aspiran a impulsar un debate más nítido sobre el modelo económico que plasmaría la coalición si llegara al gobierno. Seguirá, por otra parte, la mesa de los "presidentes de los bloques parlamentarios", cuya última muestra de cohesión fue haber acordado la misma posición sobre al acuerdo de YPF con la española Repsol; rechazándolo, por supuesto.
"El frente amplio uruguayo se demoró mucho tiempo en llegar al poder desde que se forjó", reflexionaba un senador del FAP, poniendo paños fríos a las expectativas para 2015. El próximo 22 de abril, con poco tiempo para poder mostrar una alianza sólida para la próxima elección, el frente autodenominado progresista se presentará en sociedad. La gran incógnita es si esta vez perdurará.
Luego de meses de negociaciones, cuyas reuniones se han realizado de modo sistemático todos los martes, el nuevo frente nacional panradical se presentará en sociedad en algún teatro porteño. El lanzamiento llega contra el reloj. Quizás demasiado cerca de 2015 como para que el electorado pueda identificar en ese armado una fuerza política capaz de gobernar, ya que lo que se verá en abril será un primer paso. Los ocho partidos miembros del Frente Progresista Unen o Unir (por ahora estos son los dos nombres en debate) firmarán una declaración de principios, algo que siempre tiene una gran amplitud y pocas definiciones, aunque en este caso hay algunas que se destacarán más adelante.
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