Padres, docentes y gremialistas de las escuelas públicas donde el gobierno porteño está instalando las denominadas “aulas container” y “aulas pasillo” iniciaron acciones de resistencia a esta medida, mientras que una legisladora presentó un recurso de amparo.
Se trata de la diputada Virginia González Gass, del interbloque de UNEN, quien interpuso el recuso ante el Juzgado N°4 en lo Contencioso, Administrativo y Tributario a cargo de Elena Liberatori contra la construcción de aulas pasillo en el Instituto Bernasconi.
“Por ser considerado monumento histórico, cualquier modificación que quiera realizarse en el Bernasconi debe ser consultada por el Gobierno de la Ciudad con la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, la cual depende de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, y esto jamás sucedió", explicó González Gass.
“No puede ser que en casi siete años de gestión macrista estemos hablando de miles de chicos sin vacantes, y de la implementación de aulas en los pasillos de una escuela por una 'falla' en el sistema de inscripciones online", consideró la legisladora, quien agregó que “esto no fue ningún error, esta es la política del macrismo, que privilegia lo privado en detrimento de lo público".
El secretario gremial de Ademys, Carlos Oroz, dijo en diálogo con Télam que "en algunos docentes hay una gran indignación y muchos han planteado negarse a dar clases en esas condiciones”.
En tanto, la comunidad educativa de establecimientos como la escuela Granaderos y el mencionado Instituto Bernasconi se están movilizando para impedir la instalación de un aula container, en el primer caso, y para detener la construcción de cuatro “aulas pasillo”, en el otro.
El pasado 23 de enero unos 30 padres acompañados por sus hijos impidieron la entrada a un grupo de operarios y arquitectos que habían llegado a la escuela “Granaderos de San Martín”, ubicada en Olleros y Libertador, para transformar en dos aulas de durlock la sala de música que con mucho sacrificio había logrado levantar la cooperadora del colegio, e instalar un aula container en el patio del establecimiento para albergar una salita del Jardín de Infantes.
Desde entonces, los padres montan guardia en la puerta de la escuela y han tenido éxito en impedir una nueva intentona. "Nos autoconvocamos para impedir que nuestros hijos queden hacinados y metidos en una caja metálica sin ningún tipo de criterio que contemple lo humano", dijo a Télam, en esa oportunidad, Miguel, el papá de una nena de dos años que asiste al nivel inicial.
En el caso del Instituto Bernasconi, ubicado en Cátulo Castillo 2750 del barrio de Parque Patricios, la comunidad educativa del establecimiento y la multisectorial “Ningún niño sin escuela pública” convocaron a un abrazo el próximo viernes a las 10 para repudiar la construcción de cuatro aulas de durlock.
“Nos enteramos de casualidad, cuando fuimos a la escuela por otro tema y nos cayó como un balde de agua fría. No nos esperábamos algo así, menos tratándose de un palacio y monumento histórico desde el 2009”, dijo Martín Cadel, padre de dos alumnos que concurren al colegio, uno de los cuales no tiene asegurada la vacante para primer año del secundario siendo que el año pasado terminó allí séptimo grado.
“No se pueden hacer aulas de un día para otro porque faltan vacantes: antes hay que hacer un trabajo de estudio de la infraestructura y de las condiciones de seguridad. Pero resultó que faltaron 90 y pico de vacantes en la sala de 3 y de primer grado que quieren cubrir con dos aulas pasillo para jardín en la planta baja y dos en el primer piso para la primaria”, contó.
Cadel, quien además es secretario en el establecimiento, aseguró que la falta de vacantes obedece exclusivamente a los “errores de la inscripción online” porque “estos problemas nunca los tuvimos antes, porque de lo contrario todos los años tendrían que haber aparecido aulas de emergencia”, dijo.
Por su parte, Carlos Oroz negó que las escuelas container sean “un nuevo método de construir que permite construirlas más rápidamente”, como afirmó el ministro Bullrich.
“Antes se usó en situaciones de emergencia por problemas climáticos o cuestiones por el estilo. Pero que en la Ciudad de Buenos Aires, con todos los recursos que tiene, que se dé una solución de este tipo es vergonzoso y sólo se corresponde con la falta de compromiso con la educación”, afirmó el secretario gremial de Ademys.
“Esto es el resultado de haber reducido sistemáticamente el porcentaje de presupuesto educativo dentro del general, de haber recortado los gastos de infraestructura y mantenimiento; y de haber subejecutado año tras año lo que se aprobó”, agregó.
En tanto, Ariel Sánchez, de la comisión directiva de la Unión de Trabajadores del Estado (UTE) aseguró que, por la resistencia encontrada, se llegarán a construir “unas 15 o 20” aulas container de las 42 adquiridas por el gobierno de la Ciudad por un monto de más de 26 millones de pesos.
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