viernes, 13 de diciembre de 2013

El sindicato del Momo Venegas maltrató a un muerto

Un peón rural falleció en un hotel en Buenos Aires y fue enviado a Santa Cruz en una camioneta dentro de una bolsa, sin certificado de defunción ni papeles para el traslado y en avanzado estado de descomposición.
 
Gumersindo Alvarado falleció el sábado 30 de noviembre en un hotel de la Ciudad de Buenos Aires, perteneciente a la UATRE, y su cuerpo fue trasladado en una camioneta dentro de una bolsa, sin certificado de defunción y llegó a destino en avanzado estado de descomposición. 
 
Alvarado, que tenía 57 años, era un peón rural que se dedicaba a la cría de ovejas en Santa Cruz y murió de cáncer de pulmón en una habitación del Hotel Facón Grande, por lo que debió ser trasladado a su provincia. El sindicato, encargado de hacerse cargo del traslado del cuerpo, actuó con absoluta desaprensión.
 
El cadáver fue enviado en una Trafic dentro de una bolsa, con una fotocopia del DNI, sin certificado de defunción ni los papeles legales necesarios para cualquier traslado. Tras recorrer 3.000 kilómetros los restos del peón llegaron a Santa Cruz tres días después, en estado de avanzada descomposición, según indicaron desde la cochería Ilhero, donde en un primer momento se negaron a recibir el cuerpo sin la documentación pertinente. Según dijeron, "en 35 años de experiencia" nunca habían recibido un cuerpo en semejante estado y sin los papeles correspondientes.
 
Según consignó el diario Página/12, los directivos de la estancia Güer Aike, la empresa donde trabajaba, tuvieron que gestionar el resguardo del cuerpo en la morgue judicial provincial, hasta que llegó un fax desde Buenos Aires y la cochería se hizo cargo.
 
Alvarado, cuyo número de afiliado a UATRE era el 174.832, había viajado a Buenos Aires la semana del 20 de octubre para tratarse de un cáncer de pulmón en la clínica San José, donde el servicio de oncología sólo funciona como hospital de día, sin internación permanente, por eso se encontraba en el hotel al momento de morir.
 
Esa noche, efectivos de la Comisaría 1ª acudieron a la calle Reconquista al 600, donde está ubicado el hotel, para hacerse cargo de la situación. Consultado por el diario, el responsable de judiciales sostuvo que un fallecimiento producido en un hotel ameritaba una derivación a una fiscalía y que le resultaba “raro” que no se haya procedido de tal manera.
 
El principal a cargo de judiciales informó que no habían realizado un sumario, pero que sí intervino la fiscalía, a través de un médico de la empresa Vital que certificó que se trató una muerte natural y a partir de lo cual se labró el expediente de exposición N° 8011. Sin embargo, el cuerpo de Gumersindo Alvarado salió del lugar sin ningún tipo de documentación.

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