domingo, 20 de octubre de 2013

La mejora en el ingreso de los hogares aumentó la calidad de vida de los hijos

La Asignación Universal por Hijo tuvo un impacto directo en el grupo familiar y especialmente en los indicadores de vida de los chicos. Las madres pudieron aumentar la calidad de lo que comen sus hijos y el lugar en donde viven.
 
Así coincidieron dos expertas en la materia, Mariana Melgarejo y Roxana Mazzola, coordinadora y autora, respectivamente, de sendos trabajos que abordan la misma temática: la AUH.
 
Esta política social, nacida en noviembre de 2009, bajo la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, es un beneficio que le corresponde a los hijos de las personas desocupadas, que trabajan en el mercado informal o que ganan menos del salario mínimo.
 
Consiste en el pago mensual de 460 pesos para niños menores de 18 años y de 1.500 para chicos discapacitados sin límite de edad.
 
“La AUH es cobrada en general por madres jefas de hogar y, por disposición presidencial, la prioridad de cobro la tiene la madre por más que la tenencia sea compartida”, indicó Melgarejo.
 
La antropóloga, docente investigadora de las universidades nacionales de Buenos Aires (UBA) y de General Sarmiento, señaló que “con la AUH las mujeres mejoran la calidad de lo que comen los chicos y hacen rendir más la plata, pueden elegir las cantidades y lo que compran, pueden cocinar más”.
 
Destacó que de acuerdo al estudio “Impactos en las prácticas de consumo a partir de la AUH”, coordinado por ella, una de las conclusiones más sobresalientes es que “se incorporó la cena al grupo familiar, que se había dejado de lado desde la crisis de 2001”.
 
Además subrayó que “el ingreso en efectivo hizo que las madres se puedan meter en pequeños créditos, equipar sus cocinas con ollas y cubiertos, que no tenían”.
 
“Aunque parezca increíble, todos estos elementos faltaban, las cocinas estaban completamente desmanteladas”, remarcó Melgarejo, quien señaló que “la AUH tiene contraprestaciones en salud y educación, y eso es de efecto directo en los chicos”.
 
Al respecto, puntualizó que “en el cercano plazo se ve que se cumple con la escolaridad obligatoria”, y puso de relieve que “antes se llevaba a los pibes a la salita sanitaria cuando no se podía hacer nada”.
 
“Ahora se puede hacer prevención y tratar más fácilmente las patologías”, afirmó la antropóloga, quien sostuvo que “comer más, mejor, mejorar condiciones de habitación, tendrán en el mediano plazo una mejora en indicadores más básicos como mortalidad, natalidad, talla, enfermedad, no solo por detección temprana sino por prevención”.
 
A su criterio, los chicos están “mejor alimentados, mejor prevenidos” y añadió que “los controles establecidos desde el embarazo de la madre hasta los seis años, mejoran también los indicadores de las mujeres”.
 
Por su parte, Mazzola señaló que la AUH “es un reconocimiento al trabajo no remunerado que realizan las mujeres en el hogar y una garantía de derecho para los niños desde que nacen”.
 
La directora del Centro de Estudios y Desarrollo de Políticas (Cedep) destacó que “es un cambio diferencial”, porque explicó que “antes solo accedían quienes percibían asignaciones familiares, los de empleo formal”.
 
“Hoy se percibe por hijo, por embrazo; por primera vez los niños nacen con derecho garantizado. Con la AUH se revirtió la situación de injusticia que afectaba a la niñez y a la infancia”, aseguró la especialista en políticas sociales y derechos de infancia y adolescencia, y autora del libro “Nuevo Paradigma, la Asignación Universal por Hijo en la Argentina”.
 
Consideró que “favorecer los primeros años de vida y al gestación del chico es fundamental para el desarrollo de su vida”.
 
Además remarcó que la Asignación “generó cambios sustanciales, porque las mamás antes trabajaban por los mismos montos que perciben de AUH; había gente explotada”.
 
En ese sentido, concluyó que “es un incentivo que no tengan que trabajar por poco dinero” y también subrayó que “mejora las condiciones de salud de las mujeres durante el embarazo”.
 
“Las madres son las que salieron en las últimas décadas a sostener los hogares, la jefatura de hogar femenina creció mucho. Y esto es un justo reconocimiento a ellas”, indicó Mazzola.
 

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