lunes, 14 de octubre de 2013

La Iglesia descartó que se celebre una misa en el funeral de Priebke

Aún se desconoce dónde será enterrado el ex oficial nazi tras el rechazo de Argentina y el reclamo de organizaciones judías italianas. El abogado del criminal de guerra había dicho que se realizaría un oficio en un templo católico de Roma. Pero el Vicariato de la ciudad lo desmintió y las autoridades civiles prohibirán que el velorio se convierta en un acto público.
 
Tras la muerte de Erich Priebke, creció la polémica en torno a su funeral y al destino que tendrá su cuerpo. El abogado del ex criminal de guerra con asiento en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, Paolo Giachini, aseguró que su velatorio sería el martes en Roma y que se realizaría una misa en "una Iglesia de la capital".
 
Sin embargo, el Vicariato de la ciudad desmintió sus dichos y el alcalde, Ignazio Marino, aseguró que Roma es "una ciudad antinazifascista que sufrió dramáticamente" y que no debe realizarse ningún acto que resalte la figura del condenado a cadena perpetua por haber participado y planificado la masacre de 335 personas en las Fosas Ardeatinas de la capital italiana.
 
"Los Pactos Lateranenses prevén que cada uno pueda realizar prácticas religiosas donde la sede se lo consienta. Por lo tanto, también Priebke tiene derecho. La Iglesia es de los fieles y Priebke era un fiel", sostuvo el defensor del alemán nacido en Hennigsdorf, en los alrededores de Berlín, hace un siglo. Pocas horas después de esta declaración, el portavoz del Vicariato de Roma, Walter Insero, aseguró que "no está prevista ninguna celebración fúnebre en una Iglesia de Roma".
 
La Iglesia Católica puede rechazar despedir a un difunto mediante una misa en diferentes circunstancias, por ejemplo, en el caso de personas que son "pecadores manifiestos" y que nunca dieron señales de arrepentimiento. Priebke reconoció haber participado de la masacre de las Fosas Ardeatinas, el 24 de marzo de 1944, cuando las tropas de ocupación de la Alemania nazi asesinaron a 335 personas en Roma pero nunca se arrepintió y murió justificándose, sosteniendo que "una orden era una orden" y tuvo que cumplirla.
 
Por su parte, el jefe de la Policía de Roma, Fulvio Della Rocca, de común acuerdo con el prefecto de la capital, Giuseppe Pecoraro, afirmó, mediante un comunicado oficial, que "prohibirá (el desarrollo de) cualquier forma de celebración en forma solemne".
 
La Asociación Nacional de Partisanos Italianos (ANPI) de Roma declaró que el funeral no puede transformarse en una manifestación de apología del nazi-fascismo. "Pedimos a las autoridades competentes que vigilen y que procedan según la ley italiana en el caso de que se manifestase con símbolos, gestos o slogans contrarios a nuestra Constitución", afirmó el presidente de la Anpi, Francesco Polcaro.
 
Además de la incógnita acerca de su funeral, aún se desconoce dónde será enterrado el alemán. El sábado, después de que el canciller de Argentina, Héctor Timerman, advirtiera que no aceptará "ningún trámite que permita el ingreso del cuerpo del criminal nazi" al país, Giachini dijo que "no existe un 'no' del gobierno argentino al ingreso de los restos mortales en el país porque no se realizó todavía ningún pedido" para que su cuerpo sea trasladado a San Carlos de Bariloche, ciudad en la que el ex criminal de guerra residió por casi 50 años. Por su parte, Marino abrió el paraguas preventivamente al asegurar que cree que "sería una ofensa para Roma tener aquí la sepultura de Priebke".

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