El ministro de Planificación Federal subrayó el "modelo de crecimiento con inclusión social" del Gobierno, la competitividad energética así como la decisión de Néstor Kirchner de sostener un "esquema distinto" de tarifas de servicios públicos.
"Sin dudas, uno de los pilares de este modelo de crecimiento con inclusión social, luego de la debacle neoliberal, fue la decisión del ex presidente Néstor Kirchner de tomar y sostener un camino distinto en materia de tarifas de servicios públicos", sostuvo el funcionario en una columna de opinión que publicó ayer el diario Página/12.
Allí recordó que "durante la década del ’90, luego de las privatizaciones, se habían dolarizado las tarifas, lo que se traducía en pérdida de competitividad de la economía, menor poder adquisitivo para los salarios y rentabilidades exorbitantes para un puñado de empresas energéticas, en su mayoría extranjeras".
Para De Vido, los que critican "en su análisis sesgado intencionalmente omiten un dato económico clave: la energía en la Argentina tiene costos en pesos y resulta muy competitiva respecto de otros países de la región".
Señaló que "persiste un corifeo que reclama de manera constante y sonante, sin otra alternativa que no implique castigar a los usuarios, volver a ese esquema de tarifas dolarizadas".
Rechazó críticas a la política de sostener y promover valores de energía competitivos para impulsar el consumo, que con frecuencia fue calificada como "populista, por los defensores del libre mercado que cuestionan los subsidios a los servicios públicos por considerarlos un gasto innecesario".
En ese sentido, consideró que "los resultados de cada década constituyen una refutación más que contundente: cuando en nuestro país se aplicaron las políticas que ellos promueven, las industrias se fundieron, la desocupación llegó al 25 por ciento y miles de compatriotas se vieron condenados a la miseria, y lo peor, a la desesperanza".
Sostuvo que por el contrario, "con este modelo económico se crearon cinco millones de puestos de trabajo (menos de un dígito de desocupación), el parque automotor pasó de 5 a 11 millones de vehículos y la pobreza se redujo drásticamente, con los salarios, tanto mínimo como promedio, más altos de América latina".
De Vido hizo hincapié en que el país tiene los costos más bajos de la región. "Medido en valores constantes, el costo promedio de generar un megavatio en nuestro país es de 66 dólares, es decir un 15 menos que en Brasil (que tiene un 80 por ciento de energía hidráulica), un 50 por ciento de lo que se paga en Chile".
Añadió que "de la misma manera, se paga por millón de BTU (British Termic Unit) de gas menos de seis dólares, lo que está ostensiblemente por debajo de los 24 dólares que se pagan en Brasil".
También afirmó que quienes hablan de "replantear la política energética" esconden "retornar a esa Argentina con tarifas alineadas a los precios internacionales, es decir pagando en dólares la energía que se produce en pesos y la eliminación de los subsidios para todos los sectores".
Ratificó la intención del Gobierno de "seguir trabajando para profundizar el rumbo, procurando mejorar la competitividad de los costos de la energía, siempre en pos de que todos los usuarios accedan a los servicios en igualdad de condiciones".
Por último, expresó que el "proyecto que conduce la presidenta Cristina Fernández de Kirchner es claro en sus objetivos y lo respaldan diez años de crecimiento, no a costa de endeudar a las próximas generaciones, sino en la firme decisión de poner nuestros recursos al servicio del desarrollo y la calidad de vida de todos los argentinos".
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